Cuando se camina por las zonas arboladas en las ciudades se siente el efecto protector de la vegetación. En verano se aprecia cómo la temperatura cae drásticamente unos grados, y se respira un aire más limpio. ¿Pero cuál es la capacidad del arbolado de mitigar el cambio climático y capturar dióxido de carbono?

Una herramienta desarrollada por Althenia Sando permite medir los beneficios económicos, sociales y medioambientales que el arbolado urbano y las zonas verdes aportan a las ciudades, que ha sido fruto del proyecto Evaluación y fomento de los servicios ecosistémicos proporcionados por el arbolado urbano II (SERVECO II).
La empresa especializada en actuaciones medioambientales de Sando cuenta de nuevo para este proyecto con la financiación de CTA (Corporación Tecnológica de Andalucía) y la colaboración de la Universidad de Málaga (UMA), a través del grupo de investigación RNM-262, Biogeografía, Diversidad y Conservación. Además, también participará en el estudio la empresa tecnológica WDTECH, especializada en la implementación de soluciones IoT avanzadas y personalizadas.
Sostenibilidad, contaminación y cambio climático
El proyecto liderado por Althenia Sando amplía la investigación sobre la estrategia de adaptación de las ciudades a los nuevos escenarios de crisis climática y ecológica, en línea con la estrategia de ESG de la compañía y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El proyecto SERVECO II evaluará cómo los espacios verdes proveen de los denominados Servicios Ecosistémicos para mitigar efectos de la contaminación y el cambio climático. Además, completará los estudios previos, ya realizados en la primera fase, para lograr cinco objetivos: identificar zonas urbanas vulnerables, valorizar las superficies ocupadas por vegetación, evaluar el grado de expansión urbana, identificar las islas de calor urbano y evaluar en general el confort climático.
Tal y como indica el director del departamento de I+D+i de Sando, Juan Antonio Báez, para la realización de parte de los trabajos incluidos en el proyecto se emplearán sensores de última generación. “Los sensores permitirán la monitorización en tiempo real de variables ambientales como contaminantes, contenido de humedad, temperatura, etc. y se usarán tecnologías avanzadas de obtención de información geoespacial (teledetección) para determinar parámetros físicos del arbolado urbano, como técnicas láser escáner o imágenes de satélite de muy alta resolución”.

Una línea demandada por la Unión Europea
El responsable del sector Edificación y Obra Civil en CTA, Carlos García, señala que “el proyecto SERVECO II avanza en una línea cada vez más consolidada y demandada por la Unión Europea, relativa a la cuantificación y valoración de los servicios ecosistémicos que prestan las llamadas “infraestructuras verdes”.
Dicha valoración es, en sí misma, importante por permitir un análisis coste/beneficio mucho más preciso de estas inversiones y por visualizar mucho mejor su impacto positivo en el entorno, pero también por evidenciar su efecto compensador frente a otras actuaciones urbanísticas y por el valor justificativo que tiene en el caso de contarse con financiación europea para ello”. En este sentido, García subraya que “la herramienta facilita la verificación del cumplimiento del principio de “no causar un daño significativo en el entorno” (Do Not Significantly Harm -DNSH en inglés)”.
Este proyecto se incluye dentro de la línea de trabajo de Althenia Sando para la mejora de los servicios ambientales que ofrece la empresa, especialmente enfocada a los clientes del sector público, aportando un valor añadido para las administraciones locales y el urbanismo.