Aunque todos asociamos la alergia a la primavera, en otoño también se dan numerosos casos de alergia, que además están aumentando como consecuencia del cambio climático. Así lo aseguran cada vez más estudios y expertos, que relacionan el calentamiento global, la contaminación y la sequía con un mayor riesgo para sufrir alergias.
Las partículas de emisión diesel pueden ocasionar, en contacto con los granos de polen, su llegada de estas partículas a las vías respiratorias. Por esta razón hay que tener especial cuidado los días en los que hay mayores partículas contaminantes en la ciudad. Este vínculo se debe a que, tanto las emisiones de los vehículos como los agentes alérgenos, están presentes en el aire y pueden interactuar fácilmente entre ellas según informa el portal meteorológico Eltiempo.es.
Actualmente, con la proliferación de las nuevas industrias y el aumento significativo del parque automovilístico de las ciudades, ha habido un aumento de las alergias que multiplicando la capacidad de polen para provocar síntomas en el cuerpo humano.
Las altas temperaturas alargan los periodos de polinización
Además, los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, con unas altas temperaturas que alargan los periodos de polinización, provocando rinitis en cualquier época del año. De esta forma, las altas temperaturas favorecen el adelanto de los periodos de polinización y con ellos, los problemas de alergia.