La ciencia entra en el Instituto Cervantes con la Revista de Occidente

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La Revista de Occidente«revista que marcó el rumbo de una época donde las revistas fueron fundamentales», en palabras del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, forma parte desde hoy de la Caja de las Letras. Este legado lo componen ocho publicaciones, los cuatro primeros números de cada época editorial —iniciadas en 1923, 1963, 1975 y 1980— y las obras de cuatro generaciones de pensadores: Javier Gomá y Diego S. Garrocho (que asistieron al acto), Adela Cortina y Remedios Zafra, dedicadas, cada una, por su autor.

Desde la izquierda: Diego S. Garrocho, filósofo; Fernando Rodríguez Lafuente, director de la Revista de Occidente; Lucía Sala Silvera, directora de la Fundación José Ortega y Gasset – Gregorio Marañón; Javier Gomá, director de la Fundación Juan March y Luis García Montero, director del Instituo Cervantes. 

El director del Instituto Cervantes recordó la motivación que llevó a José Ortega y Gasset a crear, hace hoy cien años, esta revista como «un punto intermedio entre el periódico, dominado por la urgencia y superficialidad, y el libro académico, cerrado en el rigor de los despachos universitarios», así como la «conciencia de un proyecto donde era tan importante España como Hispanoamérica, y tanto las ideas como el arte».
 
Características, añadió el director, que han permitido una «herencia presente a lo largo de los años en nuestra cultura, gracias a la claridad. Una claridad demandada en tiempos que pueden jugar con la oscuridad de las mentiras o la simpleza de la superficialidad del discurso sin calado», advirtió.
 
A continuación, García Montero dio la bienvenida a «su casa» a Fernando Rodríguez Lafuente, director de la gaceta y exdirector del Instituto Cervantes, quien desgranó algunos de los aspectos fundamentales de la publicación, referente en la modernidad española, lo cual significaba «hacer viajar a las ideas. Que se cayeran —simbólicamente— los Pirineos», expresó.


 
Cien años de modernidad
 
Otra característica única de la Revista de Occidente, subrayó Rodríguez Lafuente, fue la de publicar en su primera época a cuatro generaciones de autores: La generación del 98, la generación del 14 (Novecentismo), a la que perteneció el propio Ortega y Gasset; la generación del 27, contemporánea a la revista y la generación del 36 (de posguerra), con la publicación de un jovencísimo Miguel Hernández.
 
Asimismo, el exdirector del Cervantes destacó la «dimensión americana y la vocación profundamente atlántica» de la revista. Desde su primer viaje a Buenos Aires, mantuvo, Ortega y Gasset «se da cuenta de que la fuerza está en la unión y la gran proyección del español, donde nueve de cada diez hablantes están al otro lado del Atlántico».
 
En representación a las épocas diferenciadas de la Revista de Occidente, que «ha sobrevivido, como la propia sociedad española, a dos dictaduras y una guerra civil» como apuntó su director, entraron a la caja nº 914 los números uno originales de 1923, 1936, 1975 (con un formato mayor) y 1980.

Además, y en representación de cuatro generaciones de pensadores, el legado que se abrirá dentro de cien años y tendrá como destino a la Biblioteca Patrimonial del Instituto Cervantes, incorporó las obras de cuatro filósofos (por orden cronológico): Adela Cortina, Javier Gomá y Remedios Zafra, Diego S. Garrocho.

Cuatro generaciones de pensadores contemporáneos

El filósofo y director de la Fundación Juan March, Javier Gomá, asistente al acto, seleccionó su obra Imitación y experiencia, premio Nacional de Ensayo (2004). En su dedicatoria destacó, en relación a la revista, «admiración por un siglo deslumbrante, con esperanza de que dé luz un siglo más» y se manifestó «feliz de acompañarlo».

Por su parte, Diego S. Garrocho, quien también participó en el homenaje, comentó divertido que «afortunadamente» no incluyó ningún secreto en su escrito. El autor y vicedecano de la Universidad Autónoma de Madrid eligió su libro Sobre la nostalgia. Damnatio memoriae (2019) y compartió una dedicatoria que finalizaba con un deseo, «ojalá les aguarde un buen mundo a quien nos lea entonces».

La directora de la Fundación José Ortega y Gasset – Gregorio Marañón, Lucía Sala Silvera, depositó el legado en la cámara acorazada, que se completó con las obras Ética Mínima (1986), de Adela Cortina; y Frágiles. Cartas sobre la ansiedad y la esperanza en la nueva cultura (2021), de Remedios Zafra, y leyó las dedicatorias de ambos libros. 

El texto de Adela Cortina destacó el «afán de claridad» de Ortega y Gasset y «la mirada cosmopolita» de la revista. Finalmente, Lucía Sala compartió el escrito dedicado por Remedios Zafra: «En tiempos de palabras rápidas, estas lentas para la revista que cuida el pensar. Que al nombrarse “Occidente”, orienta y libera, crea suelo y crea nube. Para el futuro».