El proyecto “Indicadores socioeconómicos para la gestión sostenible de recursos hídricos en cuencas semiáridas”, del grupo de investigación de Economía agraria y desarrollo rural de la Universidad de Murcia y financiado por la Fundación Séneca, indaga en el impacto de la explotación del río Segura, utilizando para su estudio la Huella Hídrica (HH). Este indicador tiene en cuenta el uso del agua, tanto directo como indirecto, por parte del consumidor o del productor y mide en volumen de agua dulce el impacto cuando se produce o consumimos un producto o un servicio. Los primeros resultados de las investigaciones ponen de manifiesto la situación insostenible de la explotación de la cuenca.
“La idea era utilizar todas las herramientas que se usan actualmente para la gestión de recursos hídricos y aplicar un indicador homogéneo. La Huella Hídrica te permite realizar comparaciones con cualquier territorio, bien y/o unidad temporal”, cuenta José Miguel Martínez, investigador principal del grupo y profesor de la Universidad de Murcia.
En el estudio se han considerado a nivel territorial los tres componentes de la HH, es decir, HH azul (recursos hídricos superficiales y subterráneos), HH verde (agua de lluvia utilizada por los cultivos) y HH gris (agua destinada para la disolución de contaminantes). “En el balance clásico que se venía utilizando se centraban más en el HH azul sin tener en cuenta el resto, por tanto, este es un indicador más completo que permite visualizar todos sus componentes”, asegura el experto en economía ambiental.
Dicho análisis ha posibilitado vislumbrar que aunque en la cuenca existe una huella gris importante, las políticas de fomento de la depuración y la reutilización que tienen lugar en la cuenca desde se han mostrado eficaces para su reducción . Por otro lado, la importante demanda de recursos hídricos de la cuenca, principalmente del sector agrario, provoca que se recurra a la sobreexplotación de los acuíferos, favoreciendo, como consecuencia, su sobreexplotación.
Los investigadores, teniendo en cuenta el descenso de los recursos en régimen natural debido al cambio climático, han confirmado que “sin actuaciones adicionales a las establecidas en los planes de cuenca, estos problemas no se mitigarán, sino que se agravarán ligeramente, y por tanto la gestión del agua en la cuenca será ambientalmente insostenible tanto a corto como a medio plazo”.
Respecto a las posibles soluciones a corto y medio plazo, la investigación propone cambios tanto en la demanda urbana como en la oferta de recursos hídricos. Entre esas modificaciones se encuentran la implementación de campañas de concienciación social, la utilización de sistemas de ahorro y de control de pérdidas, la mejora de la eficiencia de la desalación del agua del mar y el fomento de su uso, la reducción de los nutrientes de los vertidos, tanto urbanos como de regadío, el incremento de los caudales ecológicos mínimos fijados en los tramos de río más insostenibles o un diseño eficaz en el uso conjunto de aguas superficiales-subterráneas.