La educación, como decía Nelson Mandela, es “el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.
Con esta idea, hemos hecho una investigación con profesores de Educación Secundaria Obligatoria sobre sus conocimientos y actitudes hacia la diversidad sexual. Los resultados pueden servir para comprender las dificultades que todavía existen, y el camino que queda por recorrer para lograr una verdadera y completa aceptación de la diversidad sexual en la sociedad española.
Repunte de agresiones
Estos últimos meses estamos asistiendo en España a un repunte de agresiones hacia las personas con diversidad sexual que rompen con los esquemas tradicionales.
Son datos que contrastan con los diversos estudios realizados por el World Value Survey en los que podemos comprobar cómo la aceptación de los homosexuales había ido ganando terreno en España.
España es un país de los más avanzados en legislación sobre derechos del colectivo LGTBIQ+. En el año 2005, se convertía en el tercer país del mundo en reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y desde 2007 las personas transexuales pueden cambiar su nombre en el registro para que no resulte discordante con su sexo.
Pero, como indica el Pew Research Center, en España nos mantenemos en un porcentaje de aceptación muy elevado, si bien sin apenas cambios desde 2013. Si en 2013 había un 88% de españoles que aceptaba la homosexualidad, en el año 2020 este porcentaje solo mejora en un punto.
Otros estudios nacionales e internacionales consultados muestran la presencia de actitudes homófobas en la actualidad. Llama la atención que, incluso en estudiantes universitarios, de los que se espera una mayor formación y comprensión de la diversidad sexual de la población, encontramos actitudes homofóbicas.
Qué ocurre en los institutos
Han sido tres los objetivos que perseguimos con nuestro estudio: analizar el grado de prejuicio hacia las personas no heterosexuales, conocer la formación recibida con temática LGTBIQ+ y evaluar el grupo de interés en la formación sobre esta temática.
Los principales datos obtenidos apuntan a que todavía siguen existiendo actitudes y prejuicios negativos hacia las personas LGTBIQ+ entre el profesorado. En este estudio se concreta en que uno de cada tres encuestados así lo manifiestan. No obstante, a pesar de esto, el 80 % estaría interesado en recibir formación sobre diversidad sexual. Este hecho contrasta con que solo un 20 % afirma haber recibido formación, aunque principalmente ha sido en cursos realizados con posterioridad a sus estudios universitarios.
La necesidad de formación específica
La inclusión de esta formación específica en las titulaciones de Grado en Educación Infantil y Grado de Educación Primaria, así como en el Máster de Profesorado, debe de ser una prioridad para la administración educativa.
Que los futuros docentes reciban formación que fomente la igualdad y el respeto a todas las personas con independencia de su orientación sexual e identidad de género va a permitir que, una vez en el ejercicio profesional, puedan trasmitir estos valores tan necesarios.
Detectar la homofobia
En nuestro estudio, realizado en un instituto de la ciudad autónoma de Melilla, hemos obtenido datos ilustrativos sobre la actual actitud de estudiantes y profesores hacia la diversidad sexual. Mientras un 80 % de los encuestados perciben la existencia de homofobia en el centro, un 80 % piensa que el alumnado estaría interesado en recibir más información. El 80 % de los preguntados se mostraban abiertos, igualmente, a recibir formación específica para afrontar estos temas en las aulas.
Los datos también nos muestran que existen docentes que no detectan la homofobia en el aula. Esto puede deberse a que se encuentran normalizados en el día a día algunos insultos y conductas homófobas que pasan desapercibidos para los docentes. Esta falta de detección está muy unida a la falta de formación en temas relacionados con la diversidad sexual.
Los resultados de esta investigación son coincidentes con los de otras investigaciones similares realizadas en España y fuera de España.
Mientras llega esta necesaria formación, cada uno de nosotros, ante cualquier tipo de conducta homófoba, debemos tomar partido en favor del agredido. Nuestro silencio a veces se convierte en cómplice y es tomado por el agresor como un refuerzo de su acción.
El respeto al diferente debe ser la norma. Los derechos del colectivo LGTBI no merman los derechos de los demás.
Artículo de Miguel Ángel Gallardo Vigil, Profesor Titular de Universidad de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación y director del Máster Diversidad Cultural de la Universidad de Granada.