España es líder en sobrecualificación: el 36% de los universitarios tiene una formación superior a la requerida

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La sobrecualificación es un problema que afecta al 36 por ciento de los titulados universitarios españoles, que tienen una formación superior a la requerida para el puesto de trabajo que desempeñan, según se desprende del Informe CYD 2023, en el que también se pone de manifiesto que España es líder en sobrecualificación en la Unión Europea.

Alumnado de la Universidad de Valladolid.

En 2022, el 35,9% de los ocupados de 20 a 64 años con educación superior estaba desempeñando tareas de baja cualificación, frente al 22,2% del conjunto de la UE-27, lo que supone el mayor desajuste relativo entre oferta y demanda de empleo. Cabe destacar que, en los últimos cinco años, sin embargo, esta cifra de sobrecualificación se ha reducido en 1,4 puntos.

Desde 2008 (con la excepción de 2009 y 2010), España ha sido, año tras año, el país de los 27 de la UE que ha registrado una mayor sobrecualificación. Por grupo socioeconómico, en comparación con la UE, España tiene claramente un menor porcentaje de ocupados graduados superiores empleados como profesionales de las ciencias, la ingeniería y las TIC, así como profesionales del comercio y la administración.

Por género, las mujeres registran un mayor desajuste que los hombres al analizar la relación entre la cualificación de sus puestos de trabajo y la formación que poseen, algo que también se da en los restantes 26 países de la Unión Europea.

Situación laboral de los recién egresados universitarios

El 75,4% de los titulados en grado en el curso 2015-2016 estaba dados de alta en la Seguridad Social en marzo de 2020, cuatro años después de egresar. Considerando a los afiliados por cuenta ajena, prácticamente el 60% tenía contrato indefinido y el 80% trabajaba a jornada completa. Su base de cotización media anual por un trabajo a tiempo completo estaba en torno a los 28.000 euros, con una variación superior al 25% entre las cifras más elevadas (informática, con 32.655 €) y menos (ciencias, con 24.377 €).

Los resultados de los egresados en máster respecto a los de grado son más favorables, sobre todo en la adecuación entre nivel de estudios y trabajo (casi un 75%,15 puntos por encima de los egresados en grado) y en los ingresos (un 10% más).

Por género, los indicadores de inserción laboral de mujeres tituladas en grado eran menos favorables que los de los hombres, sobre todo en porcentaje de contratadas indefinidas (13 puntos menos), trabajando a tiempo completo (11) y en los ingresos (8% inferior).

Por tipo de universidad, los egresados de las públicas obtenían indicadores menos favorables que los de las privadas, especialmente en porcentaje de inscritos en grupos de cotización universitarios (13 puntos menos), y en la base media de cotización anual (10% inferior).

Diferencias por ámbito de estudio: mejores resultados en informática, ingenierías y salud

Por ámbitos de estudio, los mejores resultados en términos globales, por lo que se refiere a los indicadores de inserción laboral, se observan entre los egresados en informática, ingenierías y salud, mientras que en el extremo opuesto se sitúan los egresados en artes y humanidades, ciencias sociales, periodismo y documentación, y educación.

Datos a los cuatro años de egresar:

Tasas de afiliación a la Seguridad Social: las mejores cifras se dan en informática (87,1%) y salud (84%), mientras que las menos favorables corresponden a ciencias sociales, periodismo y documentación (69,5%) y artes y humanidades (62,3%).

Contratación indefinida en trabajos por cuenta ajena: más de tres de cada cuatro egresados tienen contrato indefinido en informática, negocios, administración y derecho e ingeniería, industria y construcción. Ese porcentaje cae a menos del 51% en artes y humanidades, ciencias, educación y salud (en este caso por el peso relativo de los médicos internos residentes, MIR).

Respecto al tipo de jornada, los mayores porcentajes trabajando a tiempo completo se dan en informática, negocios, administración y derecho e ingeniería, industria y construcción (89-97%) y los valores menores, en educación y artes y humanidades (por debajo del 64%).

Encaje entre el nivel universitario y el grupo de cotización: casi el 90% de los egresados en salud están clasificados en grupos de titulados, seguidos de los de sector primario y veterinaria e ingeniería, industria y construcción (por encima del 70%). En el otro extremo, más de la mitad de los titulados en negocios, administración y derecho, servicios, ciencias sociales, periodismo y documentación y artes y humanidades trabaja en grupos de cualificación inferiores.

Base media de cotización salarial: en la parte alta, superando los 30.000 euros, se sitúan los titulados de grado en informática, salud e ingenierías, frente a los 25.100 euros de los de ciencias sociales, periodismo y documentación, y los menos de 25.000 euros de los egresados en artes y humanidades y ciencias.

Por campo de estudio: las tasas de afiliación más elevadas, dentro de salud, se registran en medicina (92,3%), óptica y optometría (92%) y enfermería (88,9%), y dentro de informática, en desarrollo de software y de aplicaciones (88,3%). Los ingresos máximos, por encima de los 33.000 euros anuales de base media de cotización, se dan en medicina, ingeniería de organización industrial, ingeniería de computadores, ingeniería electrónica, desarrollo de software y de aplicaciones e ingeniería de telecomunicación.

Brecha salarial de género: ellas perciben un salario más de un 10% inferior que ellos en servicios, ciencias sociales, periodismo y documentación; sector primario y veterinaria y negocios, administración y derecho. En ingeniería, industria y construcción, ellas tienen unos ingresos un 8% inferiores, mientras que en informática y salud ellas perciben un 4,8% menos.

El Informe CYD 2023 subraya que es importante que las administraciones competentes en materia de educación y universidades brinden una divulgación más amplia de los datos de inserción laboral, que debería estar orientada especialmente a los estudiantes de bachillerato y sus familias, para garantizar que cuenten con los elementos necesarios para tomar decisiones informadas.