En España “tendemos a construir mitos sobre lo que no pudo ser”

Ricardo García Cárcel, Catedrático de Historia de la Universidad Autónoma de Barcelona, abrió este lunes el curso de verano “Diálogos entre las culturas sacra y profana en la gestación de la España moderna” con una conferencia sobre los nacionalismos en la España contemporánea.

En su exposición, García Cárcel sugirió que, en la actualidad, vivimos una “resurrección” del problema de España en el que “sobran arbitristas” y donde falta la reflexión profunda de los intelectuales. “Cuando Cervantes escribió ‘El Quijote’, no relataba solo la búsqueda de la autoestima perdida por un hidalgo. Escribía sobre la búsqueda de la autoestima de un país”, explicó este Catedrático de Historia de la Universidad Autónoma de Barcelona, que abrió ayer las conferencias del curso de verano “Diálogos entre las culturas sacra y profana en la gestación de la España moderna” con una conferencia magistral titulada “Nación y nacionalismos en el nacimiento de la España contemporánea”.

García Cárcel apuntó en su charla que la Constitución de 1812 marcó el nacimiento de un “nacionalismo rotundo defensor de un manojo de libertades”, muy distinto al anterior, que había sido “épico y fernandino” –“ningún país ha glosado tanto la resistencia frente al enemigo exterior. Acordémonos del 2 de Mayo, de Bailén, de Agustina de Aragón”, dijo. “La Constitución de 1812 marcó el triunfo de la soberanía nacional”, destacó.

Sin embargo, García Cárcel señaló que hay que realizar varias precisiones sobre la Constitución de 1812. La primera, que no debe olvidarse que “La Pepa” representa la España que no pudo ser y que su evocación es, por tanto, “la celebración de una frustración”. “Aquella Constitución fue el referente mítico y simbólico de la España que no pudo ser”, afirmó este Catedrático de Historia de la UAB, que añadió que esto ocurre porque en la memoria de nuestro país hay una tendencia inherente “a construir mitos en torno a lo que no pudo ser”.

Otra de las precisiones fue que, en contra de lo que se ha sugerido por parte de tantos historiadores, la Constitución de 1812 no pecó de radical, sino que fue un texto de consenso carente de cualquier tipo de extremismo: “Es una Constitución llena de reequilibrios arquitectónicos, parece una catedral gótica”.

Por último, según explicó Garcia Cárcel, existe una tendencia a convertir esa fecha, 1812, y esa Constitución, en la frontera rupturista del concepto de España. Hay un “adanismo historiográfico”, aseguró este experto, que pretende hacer comenzar la historia de España justo en ese momento, “como si todo lo anterior formara parte del pasado”. “Nos ha ido siempre mal toda tentación de maravillosismo: sobre la Constitución de 1812, sobre la Transición, sobre la Constitución del 75. Nos ha ido también mal el masoquismo. Asumamos, pues, que somos normales”, destacó este historiador, que reivindicó “la tercera España, una España de consenso frente a la bipolarización”: “Lo único que tengo claro es que el modelo unitario o uniforme nunca ha sido eficaz para nuestro país, pero, cuidado, tampoco lo fue el sueño federal de la Primera República”.

García Cárcel acabó su intervención con una frase que fue muy aplaudida por los participantes en este curso de verano: “Frente al pesimismo de la inteligencia, está siempre el optimismo de la voluntad”.

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