Las primeras imágenes del telescopio espacial James Webb muestran un universo completamente desconocido hasta el momento. Nuevas estrellas de nuestra galaxia, exoplanetas vecinos gigantes, sistemas estelares moribundos y los universos más lejanos observables hasta hoy forman parte de una variedad de objetos cósmicos que se convertirán en insumo de investigaciones para los científicos del mundo.
Uno de esos científicos es la astrofísica colombiana María Claudia Ramírez Tannus, investigadora principal de un grupo de 27 científicos del mundo que trabajan en el Programa General Observers, quienes fueron escogidos por tres agencias espaciales internacionales –entre ellas la NASA– para recibir las observaciones del James Webb, considerado el desarrollo más importante para la investigación espacial.
Durante su participación en el en vivo “Yongaritmo entre las estrellas”, emitido por Televisión UNAL, la investigadora dijo que “el grupo que dirijo será muy afortunado por poder utilizar el telescopio para comprender cómo se forman los sistemas solares (parecido al nuestro), pero en ambientes extremos o agresivos”.
Agregó que “estos son así por culpa de las estrellas masivas, que tienen por lo menos ocho veces la masa de nuestro Sol. Estas estrellas poseen tanto material que emiten una cantidad de radiación ultravioleta que tiene un efecto muy fuerte a su alrededor, pero gracias al espejo gigante que posee el telescopio se podrán observar por primera vez esos soles que se están formando”.
El astrofísico Santiago Vargas, profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), invitado por Yongaritmo para conversar sobre el importante aporte tecnológico que representa el James Webb, recordó que se trata del telescopio espacial más grande y potente del mundo; de hecho, es 100 veces más sensible que su predecesor, el todavía operativo telescopio espacial Hubble.
Tiene una combinación de espejos de casi 6,5 m de diámetro y su finalidad es captar la luz del espacio para dirigirla hacia los instrumentos científicos encargados de su análisis. Está formado por 18 segmentos hexagonales hechos de berilio y recubiertos de una película de oro, diseñados para funcionar como una única pieza, permitiendo enfocar la luz en un punto compacto.
El profesor menciona que “el telescopio es capaz de detectar la luz infrarroja emitida por objetos de hasta 13.500 millones de años luz de distancia; por eso se debe proteger de la luz del Sol, para lo cual se le pone un gran escudo protector capaz de eliminar todo el exceso de calor que permite mantener fríos tanto el espejo como todos los instrumentos, para que este detecte su propia radiación”.
“Las primeras imágenes revelan una especie de ‘zoológico’ de objetos del universo que dan cuenta de su amplia diversidad y de lo poco que todavía se conoce de este”.
Nuevas preguntas a través de la observación
En el en vivo, la astrofísica Ramírez dijo que con estas primeras imágenes ahora surgen muchas preguntas, pues todo es nuevo; por ejemplo, ¿cuáles son las galaxias más lejanas que se podrán ver?
Con respecto a la nebulosa de Carina, las imágenes del telescopio revelaron viveros estelares emergentes y estrellas individuales que antes estaban ocultas. Las nuevas imágenes muestran cómo las cámaras de este monumental dispositivo pueden mirar a través del polvo cósmico, arrojando nueva información sobre cómo se forman las estrellas.
“Todo lo que ahora observamos de color rojo antes lo veíamos negro. Se pueden apreciar un montón de estrellas formándose y huecos en las nebulosas, por lo tanto, surgen preguntas interesantes: ¿cómo puede estar formada la nebulosa, qué están haciendo las estrellas para que se vean cómo se ven ahora?”, menciona la investigadora.
Según los expertos, “la astronomía es una máquina del tiempo: se trabaja con imágenes que se detectan en el presente, pero que pueden revelar el origen de las primeras galaxias y los misterios de la creación de nuevos universos”.
“La imagen de señal o espectro permite reconocer los elementos que hay en un exoplaneta, es decir, su atmósfera y biomarcadores necesarios para identificar vida”.
“El universo es infinito y siempre habrá nuevas cosas por descubrir, y por lo tanto siempre nos sorprenderemos, y esto será posible gracias a los instrumentos que tengamos para observar”.