Los profesores e investigadores de la Universidad de Murcia (UMU), José Antonio Sánchez Hernández y Delfina Roca Marín, han realizado recientemente un análisis del discurso mediático en prensa que pone de manifiesto que cuando los medios generalistas españoles abordan la temática pseudocientífica lo hacen, sobre todo, a través de piezas informativas.
Durante mucho tiempo los medios de comunicación han publicado informaciones que han contribuido a visibilizar y normalizar numerosas prácticas pseudocientíficas. “Pero la situación actual es diferente ya que existe un claro compromiso crítico de los principales diarios generalistas españoles contra estas prácticas carentes de evidencia científica, más intenso aún en el caso de El País que arremete contra ellas mediante la publicación de editoriales”, señala el investigador José Antonio Sánchez Hernández.
Periodistas especializados en ciencia
Según esta investigación, la existencia de periodistas especializados en ciencia en la plantilla de un diario se convierte en un factor determinante para “mimar” la información que se publica sobre este tipo de temáticas. Tal es el caso de El País, “en el que más del 90% de las noticias analizadas aparecen firmadas por redactores especializados del medio y dispone de una agenda apropiada de fuentes expertas como José María Mulet o Javier Sampedro”, señala la profesora Delfina Roca. Estos datos contrastan con los obtenidos en La Vanguardia o ABCcuya fuente principal de las noticias publicadas es una agencia.
El País es también el diario que tiene un criterio mejor definido para incluir las noticias relacionadas con las pseudociencias en secciones adecuadas. En este caso el 59% de las informaciones se ubican en la sección de “Ciencia”.
En cuanto a la asiduidad de publicación, El País se aproxima a la inserción de una noticia diaria y La Vanguardia informa sobre estos asuntos cada dos días y medio. Frente a estos, ABC y El Mundo presentan una frecuencia de actualización de la información entre los 9 o 10 días.
Los resultados, además, evidencian que la mitad de las noticias publicadas recogen la opinión de diferentes fuentes, más de expertos en la materia que de políticos, “lo que les confiere un importante plus de calidad a la información en todos los diarios”, añade Sánchez Hernández.
Asimismo, la información sobre pseudociencias se aborda principalmente como una problemática social relacionada con las consecuencias negativas para la salud de la población, la necesidad de acometer una regulación exhaustiva por parte de los poderes públicos, la utilización fraudulenta de estas prácticas con un claro objetivo de obtener beneficios engañando a los pacientes, el deber de los profesionales de la salud de respetar el código deontológico y de no recomendar estos tratamientos, y la obligación de emprender acciones encaminadas a la alfabetización científica de la sociedad y el empoderamiento de los pacientes.