El movimiento de los ojos aporta mucha información sobre cómo estudiantes de entre seis y once años aprenden a leer. Un equipo de la UNCUYO (Argentina) busca describir y caracterizar los procesos perceptivos periféricos y lingüísticos intermedios que suceden durante el aprendizaje de la lectura. Se trata de una iniciativa conjunta con siete profesionales de la Universidad del Sur, del Centro Integral de Neurociencias Aplicadas y de Neufitech, de Bahía Blanca y dos investigadoras de la Universidad de La Plata, expertas en optometría.
Para este estudio, los investigadores utilizan diferentes herramientas de evaluación y test que involucran lectura en papel, en plataformas informatizadas y el uso de recursos como registradores de movimientos oculares (eye tracking). Es decir, utilizando elementos de matemática estadística, podrán describir y modelar las estrategias que realizan tanto sujetos que se inician en la lectura como aquellos que ya tienen aprendido y afianzado el proceso.
La directora, Claudina Rodríguez, docente de la Práctica Profesional e Investigación Terapéutico – Educativa IV de la Facultad de Educación detalló aún más sus objetivos: “El proyecto consiste en realizar mediciones a través de un programa diseñado e implementado por Neufitech y el Centro Integral de Neurociencias Aplicadas que incorpora el uso de diversos dispositivos de entrada de información, entre ellos dispositivos de seguimiento ocular (o eye tracking)».
Qué información aportan los movimientos oculares
Mediante este dispositivo se plantea un análisis de los movimientos oculares implicados en los procesos que involucran distintos aspectos de la motilidad ocular, capacidades atencionales y de lectura en la población de estudiantes de primaria, de primero a quinto grado de toda la provincia. Luego del relevamiento se realizará un análisis de los test implementados en las capacidades mencionadas, que incluye el estudio del rastreo ocular.
«Esto permitirá caracterizar las capacidades y cómo éstas definen e impactan en el aprendizaje de la lectura, en atención en la memoria, y en los diferentes aspectos relacionados con el proceso de aprendizaje”, aclaró. En síntesis, Rodríguez explicó de qué manera estos estudios son clave para entender cómo aprenden a leer y cómo está afectado por posibles variables como la atención, memoria o visión, entre otros. En la co-dirección de la propuesta trabaja también la magister Fabiana Delicio, docente de las asignaturas Alfabetización y Didáctica de la Lectura y la Escritura de la misma Facultad.
“La meta es caracterizar el comportamiento. Uno sabe que cuando un niño lee va moviendo sus ojos a lo largo del texto. El problema está en que cuando uno analiza el conjunto de niños en el aula hay diferencias entre ellos. Utilizar el relevamiento de movimientos oculares es como ver adentro en el proceso de construcción de la lectura. Esto nos permite entender mejor y luego trabajar con los niños”, agregó Gustavo Gasaneo, doctor en Física, profesor de la Universidad Nacional del Sur, investigador de CONICET y director del Centro Integral de Neurociencias Aplicadas y de Neufitech de Bahía Blanca.
“Lo que hacemos es una serie de tests y un relevamiento de los movimientos oculares. Esto permite ver minuciosamente qué es lo que está pasando y cómo es que los chicos van realizando la actividad. Luego, con ese registro podemos analizar y detectar alteraciones”, detalló Gasaneo, quien explicó también que es en esta franja etaria elegida donde surgen posibles inconvenientes que afectan el aprendizaje, como problemas de visión o problemas de atención.