La combinación de datos de GPS, acelerómetros y cámaras trampa permite documentar por primera vez el comportamiento nocturno del quebrantahuesos, aportando nueva información sobre la ecología de una de nuestras aves carroñeras más emblemáticas.
Las diferencias entre las aves rapaces diurnas y las nocturnas son más que evidentes si atendemos a diversos aspectos físicos, pero también en su comportamiento, empezando por lo obvio: las rapaces diurnas hacen su vida durante el día y las nocturnas la hacen durante la noche. Esto, que se debe fundamentalmente a adaptaciones evolutivas que capacitan a las rapaces nocturnas para ver mejor en ausencia de luz, no significa que ambos tipos de rapaces no puedan realizar parte de su actividad cuando en teoría no les corresponde.
El estudio de la actividad de las aves rapaces “fuera de sus horas” ha atraído el interés de los ornitólogos desde hace décadas, y de hecho, la actividad nocturna de las rapaces diurnas se ha corroborado esporádicamente durante la migración o eventos de caza, e incluso para evitar competidores potenciales de su propio nicho trófico, normalmente en entornos bien iluminados de forma natural –por la luz de la luna– o iluminados artificialmente –debido, por ejemplo, a la proximidad de carreteras o núcleos urbanos–.
Atraídos por las implicaciones ecológicas y de conservación derivadas de este curioso comportamiento, especialmente en el caso de las aves carroñeras debido a sus requerimientos para volar, científicos de la Universidad de Lleida y del Grupo de Investigación en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), junto con técnicos del Gobierno de Aragón y TRAGSATEC, han estudiado la actividad nocturna del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) en los Pirineos combinando datos de GPS, acelerómetros y cámaras trampa.
Los resultados muestran que el 55% de los individuos monitorizados efectuaron vuelos nocturnos en al menos 19 noches diferentes, y que en el 37% de estos casos la iluminación lunar fue inferior al 20%. Por otro lado, los quebrantahuesos solo mostraron actividad alimentaria en el 8% de los eventos de alimentación analizados, pero siempre durante la hora posterior al amanecer y la hora anterior al anochecer.
En la mayor parte de los casos, los vuelos se produjeron en torno a los posaderos nocturnos, alcanzando distancias de entre 0,7 y 6.1 km y velocidades de hasta 24.4 km/h. Curiosamente, a diferencia de los individuos juveniles, todos los adultos estudiados (n=6) realizaron vuelos nocturnos durante el periodo de estudio, lo que puede deberse a un mejor conocimiento del territorio y a la confianza que les aporta su edad para realizar desplazamientos nocturnos.
Todo parece indicar que la razón de los vuelos nocturnos del quebrantahuesos no es la consecución de alimento, sino que más bien pueden estar motivados por la ocurrencia de molestias –provocadas por el paso de ungulados o las visitas de pequeños depredadores a los posados o los nidos en busca de restos de comida– o de cambios repentinos en las condiciones climatológicas que causan el abandono repentino de los posaderos durante la noche, con el consiguiente riesgo que ello conlleva para una especie diurna no adaptada al vuelo nocturno.
La información disponible hasta la fecha sobre el estatus poblacional, la distribución y los parámetros reproductivos del quebrantahuesos en España, que ha sido recientemente publicada a través de una monografía editada por el IREC, muestra cómo el conocimiento progresivo de la ecología del quebrantahuesos ha servido para aplicar estrategias exitosas para la conservación de la especie. No cabe duda de que el estudio de este inusual comportamiento nocturno, no documentado hasta la fecha, aportará material científico de gran valor para mejorar aún más las estrategias de conservación de una de nuestras aves carroñeras más emblemáticas.
Este trabajo ha sido posible gracias a una beca predoctoral (FPI-2016-077510) concedida a la Universidad de Lleida, a la financiación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el Ministerio de Economía y Competitividad, el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Gobierno de Aragón y la Generalitat de Catalunya, y a los proyectos CGL2015-66966-C2-1-R2, RTI2018-099609-BC22 y ECOGYP-EFA-089/15 del Programa INTERREG V-A España-Francia-Andorra (POCTEFA 2014-2020).