El ibuprofeno es uno de los medicamentos más consumidos a nivel internacional. Basta un dolor de cabeza o muscular, para echar mano de las conocidas pastillas. Sin embargo, se trata de un fármaco que lleva asociados efectos secundarios negativos para la salud, como problemas en el sistema digestivo, el incremento del riego de infarto o daño renal. Ahora, un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) ha descubierto que las partículas de un material muy común y abundante en la naturaleza podrían contrarrestar esos efectos secundarios.
Las consecuencias negativas para la salud asociadas al consumo de ibuprofeno se desatan porque este fármaco se diluye a las dos horas de ingerido y del principio activo solo se aprovecha el 70 %, es decir, que el material restante no se disuelve y termina generando efectos secundarios.
Cómo se reducen los efectos secundarios del ibuprofeno
El diseño experimental que propone el ingeniero biomédico, Felipe Ocampo Osorio, perteneciente al Centro de Desarrollo Tecnológico (Innvestiga), de la UNAL, descompone el ibuprofeno dentro del ácido gástrico. Para ello, evaluó la posibilidad de dosificar o mejorar la concentración de este medicamento, haciendo uso de nanopartículas magnéticas de óxido de hierro. Estas permiten una reacción positiva para controlar la carga que se libera del fármaco y lo desintegra en su totalidad.
“Las nanopartículas de óxido de hierro son biocompatibles y biodegradables, es decir que no son tóxicas para el cuerpo humano; además, son fáciles de manipular bajo un campo magnético, lo cual le brinda diversas aplicaciones en biomedicina”, destaca el ingeniero biomético.
Con qué método se ha logrado las partículas de hierro para diluir el ibuprofeno
Para sintetizar u obtener las nanopartículas magnéticas de óxido de hierro, el investigador utilizó el método de coprecipitación, el cual consiste en extraer o separar una sustancia, mediante un mecanismo sencillo mezclando dos sales de hierro en un ambiente controlado; así, los microscópicos trozos de material se aislarán al fondo de la sal acuosa lo que facilita su filtración.
Luego, fusionó esas nanopartículas de óxido de hierro con el ibuprofeno, potencializando su concentración para liberar el fármaco a un estímulo de interacción, en este caso, el jugo gástrico, tomado de una muestra de un paciente.
“Este diseño experimental, permitió unir con facilidad ambos elementos, cargando el fármaco de manera positiva en diferentes tiempos, de 0 a 300 minutos, en una constante lineal, es decir que las nanopartículas se adhirieron al ibuprofeno muy rápido, sin pérdidas”.
Qué se ha conseguido con este experimento para paliar las consecuencias negativas del fármaco
Agrega que, “se presentó una adsorción estable desde los 5 minutos hasta 1 hora, y, al combinarse con el jugo gástrico su disolución mejoró en casi el 95 %”.
En una fase de estudio se utilizó una técnica voltiamperimétricas, para potenciar los iones de hierro, mediante corriente eléctrica en voltajes que generan inercia entre las nanopartículas y permiten reacciones con otras partículas, en este caso, del ibuprofeno. En esta etapa contó con el aporte del investigador Daniel Alejandro Pineda Hernández, magíster en Física y Química, de la UNAL Sede Manizales.
Según el investigador, “los dos procesos probados, podrían ejecutarse de manera mixta con la concentración y carga del fármaco en aplicaciones industriales para controlar la liberación de la sustancia activada de forma externa”.