El Consejo de Gobierno de la Universidad de Murcia (UMU) acordó oír al Claustro de esta institución antes de decidir sobre el traslado al edificio de las facultades de Medicina y Enfermería, en el campus de Espinardo, de los órganos y servicios centrales ubicados actualmente en Convalecencia y otros inmuebles próximos. Para ello, será convocada la Mesa del propio Claustro para que dentro de los plazos previstos señale el día de celebración.
El rector, José Orihuela, ha indicado que el tema formaba parte del orden del día de la sesión porque el equipo de gobierno así lo prometió en una anterior reunión, y ha añadido que ello no impide que el Claustro pueda pronunciarse sobre el mismo.
Para el rector, la reubicación que se propone atiende al interés general, y retrasarse en su aprobación ocasionaría, entre otros perjuicios, que el concurso de traslados que lleva varios años sin convocarse y que ahora está en marcha sufriría una nueva demora, con la frustración de los funcionarios que tienen creadas sus expectativas en el mismo.
El proyecto de reubicación de los órganos y servicios centrales administrativos ha sido expuesto en su detalle por el vicerrector de Economía, Sostenibilidad y Ciencias de la Salud, el profesor José María Abellán, quien ha señalado que lo inicialmente previsto es que se acometa una primera fase, con un plazo de ejecución de obras que se prolongaría desde septiembre próximo hasta marzo de 2018, y que afectará solo a la tercera planta del edificio de la citada Facultad.
Abellán ha añadido que la rehabilitación del inmueble, que fue construido en 1976, será menos gravoso que proceder a levantar otro nuevo, además de que supondrá dar utilidad a espacios que han quedado libres con el traslado de las dependencias que han pasado a funcionar en el campus de Ciencias de la Salud de El Palmar.
También ha destacado que los funcionarios ganarán en espacio, al pasar de los 16 metros cuadrados de los que disponen en la actualidad a 22.
El proyectar la rehabilitación en varias fases, ha explicado, tiene también la ventaja de tener más margen para conseguir la financiación de las obras. En cualquier caso, ha añadido, el inmueble tiene desperfectos que habría sido preciso resolver, se le diera el destino que se proyecta o cualquier otro.
Finalmente, tanto el vicerrector como el rector han señalado que lo que se tiene que decidir ahora es si se aprueba esa nueva ubicación, no el destino de la Convalecencia, que han asegurado que seguirá como edificio institucional de la Universidad y en el que continuarán dependencias tanto del Rectorado como del Consejo Social.
El acuerdo alcanzado hoy señala que tras escuchar la opinión que pueda emitir el Claustro, el asunto volverá al Consejo de Gobierno, órgano competente para su aprobación.