Hongos con efectos alucinógenos, la droga que crece en el monte de forma natural y cuyo consumo se ha disparado en América

Los hongos con efectos alucinógenos han pasado de ser usados en rituales indígenas a convertirse en un producto de un mercado clandestino. A diferencia de otras sustancias psicoactivas, para producirse no requieren laboratorios ni procesos químicos. Crecen en praderas húmedas, en suelos ricos en materia orgánica, y pueden ser recolectados con facilidad. Sin embargo en muchos países se venden sin regulación ni controles de calidad, lo que deja a los consumidores sin certeza sobre la potencia de lo que ingieren

La dosis para el uso de hongos no depende del peso seco debido a que sus concentraciones psilocibina y psilocina varía incluso en la misma especie. Foto: María Fernanda Londoño, Unimedios.

Un estudio realizado por la Fundación Consciencia VIBA (FCV) y la Universidad de Antioquia de Colombia en 2022, encuestó a 140 personas mayores de 18 años que han consumido microdosis de psicodélicos en Colombia. Los resultados revelaron que el 77 % de los participantes utilizaban hongos psilocibios en este contexto, lo que sugiere un crecimiento en su uso, especialmente en sectores con educación superior y en estratos medios y altos. En Estados Unidos, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas señaló que el número de incautaciones aumentó de 402 en 2017 a 1.396 en 2022.

El tráfico de estos hongos no se trata solo de pequeñas ventas entre amigos o redes sociales, sino que se ha expandido. En diciembre de 2024 la Policía desmanteló una organización dedicada a la venta de esta sustancia en Cali por medio de mensajería instantánea. En Bogotá y Medellín, grupos en redes intercambian dosis en cápsulas, en polvo, o incluso los hongos frescos, y su presencia en eventos y círculos privados ha sido reportada por usuarios en foros en línea.

El atractivo es claro: la psilocibina, el compuesto que produce su efecto psicodélico, se ha relacionado con experiencias introspectivas y terapéuticas, por estudios que sugieren efectos de microdosis para estrés postraumático y trastornos depresivos, pero según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC 2024) no hay evidencia científica suficiente al respecto.

No es fácil medir los riesgos

Un estudio del grupo de Investigación Química de Hongos Macromicetos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), del cual forman parte la profesora Carolina Chegwin y el investigador Juan Pablo Yasmo, en alianza entre la empresa Aitia Biotech, midió por primera vez la cantidad exacta de psilocina en hongos del género Psilocybe cultivados en Colombia, sustancia que es una de las responsables del efecto psicodélico que se produce.

Para determinar con precisión la concentración de psicoactivos en los hongos, los investigadores utilizaron cromatografía líquida de alta eficiencia con detección de arreglo de diodos (HPLC-DAD), una técnica que separa los compuestos químicos y permite determinar su concentración.

El análisis comenzó con la recolección de 19 muestras de hongos cultivados tradicionalmente y comercializados en Antioquia en diferentes presentaciones. Las muestras se deshidrataron y trituraron en el laboratorio hasta obtener un polvo fino. Luego se sometieron a un proceso de extracción con metanol como solvente para aislar los compuestos psicoactivos. Posteriormente se filtró el extracto obtenido y concentrado antes de ser analizado mediante cromatografía líquida. La metodología cumplió con estándares internacionales (ICH y FDA), garantizando la confiabilidad de los resultados y su comparabilidad con estudios en otros países.

El estudio de la UNAL reveló que la concentración de psilocibina y psilocina en los hongos cultivados en Colombia varía entre 0,01 % y 0,73 % en peso seco, lo que implica que dos dosis similares pueden tener efectos muy diferentes. En dosis bajas, los efectos pueden ser leves y sensoriales; en dosis altas, pueden provocar episodios de pánico, paranoia extrema y pérdida temporal de la noción del yo.

La psilocibina y su derivado activo, la psilocina, actúan sobre los receptores de serotonina en el cerebro, particularmente en la corteza prefrontal, responsable de la percepción, la cognición y las emociones. Al consumir una dosis alta sus efectos incluyen alteraciones en la conciencia, intensificación de colores y sonidos, distorsión del tiempo y, en dosis más altas, experiencias místicas o disociativas. También pueden inducir euforia, introspección o en algunos casos paranoia y ansiedad.

La profesora Carolina Chegwin y el investigador Juan Pablo Yasmo del grupo de Investigación Química de Hongos Macromicetos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Las alertas del desconocimiento

El riesgo más grave es el consumo sin conocimiento. Sin controles de calidad, una persona podría ingerir una cantidad mucho mayor de la esperada, desencadenando una experiencia intensa e impredecible. También existe el peligro de confundir especies: algunos hongos tóxicos, como los del género Galerina, pueden parecerse a los Psilocybe y su ingesta puede provocar daño hepático severo o incluso la muerte.

Además, en personas con predisposición a trastornos mentales, el uso de psilocibina puede desencadenar episodios psicóticos. La falta de regulación y educación sobre su consumo agrava el problema, dejando a los usuarios sin información clara sobre sus efectos y riesgos.

“Se dice: usted coge un hongo, se toma tres gr y va a mejorar su salud mental. Ahora, luego de determinar el contenido de los hongos, nos damos cuenta que si son 3 gr que están al 0 % está haciendo nada, pero si son 3 o 10 gr al máximo de concentración, la persona va a pasar de buscar la mejora a la salud, a experimentar psicodelia”, explica el investigador Yasmo.

Con el aumento de la demanda, muchas personas han intentado cultivar hongos psilocibios en casa. En Colombia, el clima húmedo y las temperaturas templadas favorecen su crecimiento, pero también los hacen altamente susceptibles a la contaminación por mohos y bacterias. Si no se cultivan en condiciones estériles, pueden ser invadidos por hongos como AspergillusPenicillium y Trichoderma, algunos de los cuales producen toxinas peligrosas para la salud humana.

Por ahora, lo único cierto es que los Psilocybe han sido un enigma en Colombia, cualquier afirmación sobre el contenido de psilocibina en muestras comercializadas en el país era especulativa. Con este estudio, la ciencia finalmente ha encendido una luz en la oscuridad y por primera vez hay datos concretos sobre su concentración en especies cultivadas localmente y sobre su enorme variabilidad química.

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