El atún rojo es uno de los grandes depredadores del Mediterráneo, pero el calentamiento de las aguas marinas provocado por el cambio climático está alterando los ecosistemas de los que se alimenta esta especie y con ella la supervivencia de una especie pesquera de gran valor.
El Instituto Español de Oceanografía, con sede en Baleares y dependiente del CSIC ha iniciado un nuevo proyecto de investigación que analizará el efecto de las olas de calor marinas y la alimentación en las tasas vitales y el éxito de reclutamiento del atún rojo atlántico.
El equipo científico se reúne por primera vez en Palma los días 27 y 28 de febrero para poner a punto los objetivos principales propuestos como el análisis retrospectivo de las principales olas de calor que han sucedido en las zonas de reproducción y agrupación de atunes juveniles en el Mediterráneo occidental y proyecciones en escenarios más allá del rango de datos disponibles.
Las olas de calor marinas son eventos extremos en los que la temperatura del agua de mar aumenta severamente por encima del promedio. Estas olas de calor están aumentando en frecuencia, intensidad y duración, a nivel mundial, y también en el mar Mediterráneo. Aunque las olas de calor suponen una enorme presión sobre los ecosistemas poco productivos del mar Mediterráneo, que ya están sometidos a estrés, sus impactos ecológicos siguen sin comprenderse bien.
El mar Mediterráneo es el principal lugar de desove para el atún rojo atlántico así como otras especies de atunes. El objetivo de este proyecto es identificar cómo las olas de calor afectan a la época de reproducción, la alimentación y la supervivencia de las crías del atún rojo del Atlántico.
El proyecto involucra además a expertos de la Infraestructura para el Cultivo del Atún Rojo (ICAR- IEO, CSIC), el Sistema de Observación y Predicción Costero de las Islas Baleares (SOCIB), el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), la Universidad de Oslo, la Universidad de Bergen y el Instituto de Medio Ambiente Marino Costero del Consejo Nacional de Investigaciones.
Durante la realización del proyecto, que finalizará en 2026, se realizará un análisis retrospectivo de las principales olas de calor que han sucedido en las zonas de reproducción y agrupación de atunes juveniles en el Mediterráneo occidental. Además, se harán proyecciones en escenarios más allá del rango de datos disponibles. “Tales proyecciones son complejas y requieren una implementación cuidadosa de los procesos ecológicos y fisiológicos que se estudiarán en este proyecto”, explica Patricia Reglero, investigadora del Centro Oceanográfico de Baleares y responsable del proyecto.
“TUNAWAVE contribuirá a la comprensión y la gestión exitosa de un gran depredador clave en el mar Mediterráneo, al examinar las consecuencias de las olas de calor marinas en las etapas de vida más tempranas”, concluye Reglero.