Científicos de la Universidad de Murcia observan por primera vez cómo se crean las células madre sanguíneas o hematopoyéticas y recaban datos para una futura producción de estas células madre en laboratorio.
El pez cebra es una especie transparente y muestra todo lo que ocurre en el interior de su organismo. Esta cualidad, aparte de hacerlo un animal muy curioso, resulta de un interés muy especial para grupos de investigación del ámbito de la biología y la medicina, que lo han convertido en un modelo animal excepcional con el que realizar sus experimentos.
“Trabajar con el pez cebra nos permite observar los procesos que se producen en su organismo en tiempo real, algo que no nos permiten los ratones”, dice el director del Grupo de Investigación Inmunidad, Inflamación y Cáncer, Victoriano Mulero.
Pez cebra, un modelo interesante y de gran parecido genético con los humanos
Este grupo de la Universidad de Murcia y el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria llevan varios años experimentando con el pez cebra y no dejan de sorprenderse del inmenso parecido genético entre este pececillo, que apenas mide cinco centímetros, y los seres humanos.
El pez cebra les ha permitido observar un proceso que hasta ahora era muy poco conocido, como la formación de las células madre sanguíneas o hematopéyicas, del que han obtenido unas conclusiones de mucho interés, que les acercan un poco más a su producción in vitro, con el que se harían más sencillos tratamientos de enfermedades como la leucemia.
Reformular la formación de las células madre sanguíneas
El equipo liderado por Victoriano Mulero ha llegado a reformular la formación de las células madre sanguíneas en los embriones. Y todo porque han observado que durante su creación se produce una inflamación similar a la que se origina por “daño en un tejido”. Y todo hace suponer a los investigadores que las sustancias generadas en todo proceso inflamatorio intervienen de manera decisiva en la formación este tipo de células madre.
“Lo curioso es que durante la formación de un embrión que no sufre ningún tipo de daño externo se producen compuestos que son típicos de la respuesta inflamatoria. Y lo que hemos visto es que todas esas señales inflamatorias son imprescindibles para que se formen las células madre hematopoyéticas”, dice Victoriano Mulero.
Las células madre sanguíneas se forman solamente una vez en la vida y su papel consiste en renovar las células sanguíneas de las que depende la vida.
Células madre sanguíneas en apoyo a tratamientos contra la leucemia
De ahí que este tipo de células madre se empleen en apoyo a los tratamientos de quimioterapia de enfermedades como las leucemias. Este tipo de cáncer requiere unos tratamientos muy agresivos, que acaba con las células cancerígenas, pero también daña a las células madre hematopoyéticas. Para remediar esta situación se recurre al trasplante de este tipo de células madre, bien con células del propio paciente, extraídas antes de realizar el tratamiento de quimioterapia y ‘limpias’ de cáncer; o procedentes de un donante, con lo que se complica todavía más todo el proceso, ya que entran en juego los problemas de compatibilidad.
Para hacer un trasplante de este tipo de células madre no solamente hay que tener en cuenta el grupo sanguíneo, sino también toda una serie de proteínas que son muy variables de una persona a otra, de ahí los problemas para encontrar a un donante compatible con el paciente y que todo el proceso sea muy complicado.
De ahí el interés de la comunidad científica internacional y también de este grupo de investigación de la Universidad de Murcia, por dar con un proceso para la producción de células madre hematopoyéticas en laboratorio a partir de células madre de cualquier otro linaje extraídas del propio paciente.
“Producir células madre hematopéyicas en laboratorio evitaría los problemas de rechazo, pero hasta ahora, no se ha conseguido. En su formación intervienen muchas señales diferentes y estas señales que hemos identificado podrían ayudar a generarlas in vitro”, afirma Victoriano Mulero.
Más datos sobre el proceso inflamatorio de un embrión
De forma paralela, este grupo de investigación de la Universidad de Murcia trabaja con un grupo de moléculas llamadas inflamasoma, que tienen la capacidad para detectar que una célula ha sido infectada.
Esta línea les está ayudando a conocer más el proceso inflamatorio producido en el embrión durante la formación de las células madre sanguíneas, y les ha permitido observar con más detalle el proceso de diferenciación de las células madre hematopéyicas, que en resumidas cuentas se pueden agrupar en glóbulos rojos y glóbulos blancos. “En ese proceso de diferenciación, la célula tiene que decidir hacia dónde va y en esa decisión participa el inflamasoma. Si se activa, se diferenciará en glóbulos blancos. Si se desactiva, en rojos”.
Todos estos trabajos del grupo de investigación de la Universidad de Murcia Inmunidad, Inflamación y Cáncer están contribuyendo a conocer mejor este tipo de células esenciales para la vida y cuyo uso en la ciencia médica está dando resultados espectaculares. Un paso imprescindible para poder afrontar su producción en laboratorio, que permita entrar en un escenario nuevo para los tratamientos de las leucemias.