Un grupo de investigación interdisciplinar, dirigido desde las Universidades de Pavía y Pablo de Olavide (Sevilla), describe complejos enterramientos prehispánicos excavados en Ciudad de Panamá y pone de relieve la particularidad genómica del área Istmo-Colombiana, basándose en el análisis del ADN de habitantes del istmo de Panamá, tanto pasados como actuales. La investigación ha revelado, además, un componente genético entre la población indígena de las Américas no descrita hasta ahora, exclusiva de esta región y observable en los antiguos habitantes prehispánicos, así como entre miembros de las actuales comunidades Indígenas, Afro-descendentes e Hispano-Indígenas.
El estudio, titulado ‘Archaeogenomic distinctiveness of the Isthmo-Colombian area’, sobre las particularidades arqueogenéticas del área Istmo-Colombiana, se ha publicado en línea hoy martes 23 de marzo, en Cell, una de las revistas de mayor impacto en ciencias de la vida. Se basa en un esfuerzo colaborativo internacional realizado por antropólogos, arqueólogos, historiadores y genetistas de Panamá, Colombia, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Estonia, España e Italia, liderados por los genetistas Alessandro Achilli y Marco Rosario Capodiferro en la Universidad de Pavía y la historiadora Bethany Aram en la Universidad Pablo de Olavide. El trabajo supone un esfuerzo sin precedentes para reconstruir la historia demográfica de la región ístmica a lo largo de los últimos diez mil años mediante el uso del ADN como principal herramienta.
Aunque el ambiente tropical y la proximidad al océano de los terrenos de excavación ponían en riesgo la preservación del ADN antiguo, los investigadores emplearon con éxito las técnicas más avanzadas para extraer y analizar los primeros genomas fiables de los habitantes ístmicos ancestrales junto con los datos del genoma completo de los panameños contemporáneos. Sus descubrimientos se basan en el ADN procedente de muestras óseas extraídas de diez individuos prehispánicos y dos de principios del período colonial enterrados en Ciudad de Panamá (concretamente, en Coco del Mar y Panamá Viejo) y en las muestras de ADN donadas para esta investigación por 84 habitantes de varias regiones panameñas en 2016.