En el entorno actual, marcado por la complejidad de las interacciones sociales tanto en el ámbito físico como digital, el acoso escolar emerge como una preocupación central para padres, educadores y alumnos. La Universidad de Chile, a través de la voz de sus expertos, brinda una perspectiva integral sobre cómo abordar esta problemática desde diferentes frentes.
El profesor Bernardo González, académico del Departamento de Estudios Pedagógicos de la Facultad de Filosofía y Humanidades, subraya la importancia de una recepción empática hacia las víctimas del acoso escolar. «Antes que todo, escuchar y acoger a la persona que está siendo víctima de la situación de violencia», plantea.
Destaca, además, la necesidad de brindar un espacio seguro que permita a los afectados expresar sus emociones y pensamientos sin temor a juicio o represalias. Este enfoque respetuoso y comprensivo es fundamental, evitando cualquier forma de revictimización que podría restarle credibilidad y mermar el bienestar de quien sufre.
«Mostrar empatía brindando un espacio de confianza que le haga saberse comprendida, resguardada, dándole los tiempos y espacios que le permitan expresar lo que siente, lo que piensa, lo que necesita y requiere. Por ningún motivo juzgarle o reprocharle por la situación de violencia de que fue víctima, porque ello implica hacer un juicio de valor que le resta credibilidad a su testimonio y la revictimiza», explica el profesor González.
Añade, asimismo, que se debe acudir a profesionales especialistas en el tema que puedan acoger y acompañar a la persona que ha sido víctima de acoso, como psicólogas/os u orientadoras/es que tengan conocimiento y experiencia en este tipo de situaciones, e instituciones u organismos de defensoría de personas y colectivos que sufren este tipo de agresiones y violencias.
Cuáles son las señales tempranas de acoso escolar
Por su parte, el profesor Patricio Cabello, académico del Instituto de Estudios Avanzados en Educación (IE), enfatiza también la importancia de la prevención y detección temprana de señales de alerta. El especialista apunta a fomentar canales de comunicación abiertos y no estigmatizantes con los niños y adolescentes, permitiendo que estos se sientan seguros al compartir sus experiencias. La vergüenza y el miedo a las represalias, comenta, son obstáculos significativos que los padres y cuidadores deben aprender a manejar con delicadeza.
«La familia debe identificar las señales a tiempo. Hay que estar atentos. Estas señales son resistencia a querer asistir a la escuela, un ánimo bajo y dificultades en el sueño, principalmente, cuestiones que son comunes en cualquier tipo de activación socioemocional de respuesta a una situación estresante en cualquier niño», detalla el profesor Cabello.
En cuanto a la responsabilidad de las instituciones educativas, el profesor González enfatiza la preparación mediante protocolos de actuación desarrollados colaborativamente, que cuenten con el respaldo de toda la comunidad educativa.
La escuela debe ser un refugio seguro, un primer espacio de acogida que esté listo para intervenir de manera efectiva y con sensibilidad ante incidentes de acoso escolar. También destaca la importancia de la educación en valores y el respeto a los derechos humanos como ejes transversales en el currículo educativo.
«Además, se deben conocer e implementar los canales de denuncia ante este tipo de delitos, ya que existen marcos normativos y legales que prohíben y sancionan actos de violencia y de discriminación arbitraria, y que obligan a las instituciones educativas a actuar, a comunicar a las familias y a denunciar en caso que la situación esté contemplada en estas normativas y marcos legales», dice González.
«La escuela, la etapa de educación parvularia, y todos los niveles de la educación son el espacio privilegiado para formar en dignidad y respeto a los derechos humanos», agrega.
Posibles soluciones ante este tipo de acoso
Ambos expertos concuerdan en que la solución al acoso escolar no se limita a la intervención puntual en casos individuales, sino que requiere de un esfuerzo colectivo y sostenido. La implementación de protocolos claros, la formación docente en resolución de conflictos y la promoción de un clima escolar inclusivo y respetuoso son piezas clave en la construcción de un entorno educativo libre de violencia.
“Las escuelas deben tener protocolos claros de convivencia y formar a los docentes en resolución activa de conflictos. Debe ser un trabajo sostenido, no puede ser episódico, porque la convivencia tiene un impacto en muchas otras cosas indirectas, en el bienestar subjetivo y también incluso en el desempeño escolar”, plantea el profesor Cabello, quien sostiene que el acoso escolar conecta con problemas medulares de nuestra sociedad. «Esto no es una cosa de niños, es un problema de primera importancia».
Este enfoque integral no solo busca remediar situaciones de acoso escolar ya ocurridas, sino que también aspira a prevenir su aparición, cultivando una cultura de respeto mutuo y apoyo comunitario que trascienda las paredes de la escuela y se extienda por toda la sociedad. La lucha contra el acoso escolar es, en última instancia, un reflejo de nuestro compromiso colectivo con la dignidad humana y los derechos de todos los miembros de la comunidad.
Ucampus: IA para un entorno educativo seguro
Ucampus, plataforma pionera en tecnologías educativas, integra la inteligencia artificial para promover un ambiente de aprendizaje seguro y respetuoso. Manuel Ortega, subdirector de Desarrollo, destaca el uso de I.A. para detectar contenidos ofensivos sin recurrir a la censura, ejemplificando el compromiso del centro con el bienestar estudiantil y el uso ético de la tecnología.
“En el Centro Tecnológico Ucampus, desde el año pasado, hemos implementado una herramienta que utiliza inteligencia artificial para generar alertas si estás escribiendo o enviando textos que podrían considerarse ofensivos en el foro de nuestra plataforma. Para nosotros, es de suma importancia aprovechar estas nuevas tecnologías como asistentes. Nuestra intención es ayudar y prevenir a los estudiantes sobre la posibilidad de que sus acciones puedan afectar a otros”, indica Ortega.