La superficie anual arrasada por incendios forestales en el sur de Europa se duplicará si se cumplen los peores pronósticos de calentamiento global, con una subida de la temperatura media de tres grados, según una investigación en la que ha participado la Universidad de Murcia.
El Acuerdo de París estableció tres escenarios de calentamiento global para los próximos años, de un aumento de la temperatura del planeta de 1,5, 2 ó 3 grados centígrados.
El cambio climático será más severo en el Sureste
Todos ellos son poco alentadores, en especial para una región tan sensible como el Sureste de la Península Ibérica, uno de los llamados ‘puntos calientes’ climáticos, donde se espera que las consecuencias del calentamiento global se sientan con mayor virulencia.
Y la biodiversidad actual se verá amenazada por un cambio en las condiciones de vida, que premiará a las especies que mejor sepan adaptarse a una aridez cada vez más acusada y a unas temperaturas que podrían ser hasta seis grados más altas.
Escenario propicio para los incendios forestales
Es decir, un escenario ambiental propicio para la expansión de los incendios forestales, catástrofes naturales que se suceden cada verano. Tanto es así que se ha estimado que ante una subida de la temperatura global de tres grados, la superficie anual calcinada podría incrementarse hasta en un 100 por cien.
En el mejor de los casos, que no es nada bueno, si la temperatura global se incrementa 1,5 grados, el fuego arrasaría un 40 por ciento más de superficie de lo que hace cada año.
Y eso, a pesar de que en los últimos años se ha registrado una tendencia a la baja en cuanto superficie quemada, gracias a una concienciación mayor de la población y la toma de medidas para tener unos montes saneados, resistentes a la amenaza de las llamas.
El primer análisis sobre las consecuencias del cambio climático sobre los incendios
Estas estimaciones han quedado plasmadas en un trabajo dirigido por el investigador de la Universidad de Barcelona Marco Turco, en el que ha participado el grupo de Modelización Atmosférica Regional de la Universidad de Murcia.
Estos investigadores han firmado el primer análisis sobre las consecuencias del cambio climático en los incendios forestales en relación a los escenarios de 1,5, 2 y 3 grados centígrados de calentamiento global descritos en la cumbre parisina, donde se sentaron las bases para una reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.
Para ello se han valido de un modelo para la estimación de incendios futuros, en el que se tienen en cuenta multitud de factores relacionados con la biodiversidad y el clima.
Sequías más intensas, subida de la temperatura y avance del desierto
En los próximos años se prevén más sequías y más intensas, lo que contribuirá al avance de la desertización la zona del Sureste Ibérico. Además, las previsiones muestran una reducción del volumen total de agua caída.
Paradójicamente, se estima que aumentarán los fenómenos extremos de precipitación y, con ellos, los daños por erosión que causan en los ecosistemas.
Todas estas condiciones favorecen la proliferación de incendios forestales, según explicó a esta revista la investigadora del grupo Modelización Atmosférica Regional, Sonia Jerez.
Un calentamiento de 1,5 grados, objetivo inalcanzable
En el Acuerdo de París se establecieron tres escenarios de calentamiento global. De ellos, el más deseable es el que describe un aumento de la temperatura de 1,5 grados. Sin embargo, reconoce esta investigadora de la Universidad de Murcia, aunque es factible alcanzarlo desde un punto de vista geofísico, “siendo realistas, es muy difícil que se consiga”.
No ocurre lo mismo con un aumento de dos grados en la temperatura media del planeta. Se trata de un objetivo alcanzable, “un escenario optimista, pero más realista y por el que hay que luchar”, dice Sonia Jerez.
Gases de efecto invernadero, el origen del problema
Pero para ello hay que poner el foco en el origen del problema, que no es otro que la emisión de gases de efecto invernadero, fruto de un sistema productivo y energético basado en los combustibles fósiles.
Los incrementos en la temperatura global no afectan igual a todas las regiones del mundo. Por ejemplo, el Sureste de la Península Ibérica es una de las regiones que sufrirán los efectos del calentamiento de manera más severa.
Se calcula que el aumento de la temperatura en esta zona estará entre 1 y 3 grados por encima de la previsión global. Además, “presenta una serie de complejidades a la hora de saber bien qué pasará”.
Mucha influencia del clima en los incendios forestales
Lo que sí está comprobado por este grupo de investigación de la Universidad de Murcia es la influencia del clima en la proliferación de incendios forestales. Y en esta zona se prevé que sea de un calado importante.
En un incendio forestal influyen varios factores, como la actividad humana, la estructura de la vegetación y la variabilidad climática, que también determina la cubierta vegetal de un entorno.
En la región Sureste, explica Sonia Jerez, “somos una anomalía europea en cuanto a incendios”, ya que los ecosistemas se parecen más a los desérticos y no hay tanto riesgo de incendio como en otros lugares con una masa vegetal más abundante.
Los incendios están condicionados por las lluvias
De ahí que la proliferación de incendios en el verano está principalmente condicionada por las lluvias en la estación anterior, que determinan el crecimiento de la vegetación y la disponibilidad de combustible para el fuego.
En el resto de regiones, más húmedas, ocurre lo contrario. La sequía deja al monte desprotegido, que se encuentra con una masa vegetal abundante y fáiclmente inflamable, susceptible de ser pasto de las llamas.
Los investigadores de este grupo de la Universidad de Murcia reconocen que la superficie quemada cada año en el Sureste es cada vez menor, debido a las actuaciones de prevención y la mayor conciencia de la población. Sin embargo, a pesar de esta realidad, los incendios forestales se incrementarán a medida que lo haga la temperatura media, tal y como demuestran en su modelo, para cuya elaboración también han tenido en cuenta la reducción de la superficie quemada por la mejora en la gestión de incendios.
Y recomiendan que los esfuerzos, a partir de ahora, se pongan en la prevención, más aún teniendo en cuenta las herramientas de predicción estacional de incendios que ellos mismos han desarrollado; así como en el incentivo de las energías renovables, que reduzcan la emisión de gases contaminantes.