Coche eléctrico: ¿estamos preparados para su implantación masiva?

Componentes de un coche eléctrico y los de uno de combustión.

En 2040 será el año de confirmación del coche eléctrico. A partir de ese año, todos los turismos y comerciales a la venta serán eléctricos, para que en 2050 ya no haya coches de combustión en nuestras carreteras los coches de motores de combustión.

El cambio climático empuja a un cambio de paradigma comparable al que en su día provocaron la llegada del carbón o la popularización de los derivados del petróleo. ¿Estamos preparados para la movilidad eléctrica?

Coche eléctrico, solución contra la contaminación

Los acuerdos de la Cumbre de París de 2015 fue el detonante de un movimiento que ya es imparable. La descarbonización de la sociedad se ha convertido en un objetivo a alcanzar en algunos años.

La apuesta por las energías renovables y una movilidad limpia con vehículos eléctricos han dejado de ser objetivos deseables para convertirse en una obligación. Y esto supone unos cambios de un calado tan importante, que ya se puede hablar de que estamos entrando en una nueva etapa histórica: en la era de la electrificación.

Hyundai Ioniq, coche eléctrico que se está abriendo hueco en el mercado.

Descarbonización para frenar el cambio climático

Los niveles de emisiones de efecto invernadero son insostenibles a día de hoy. Si se continúa lanzando gases contaminantes a la atmósfera, el calentamiento global acabará con el estilo de vida que actualmente tienen muchas regiones del mundo. Una de las más afectadas, según diversos estudios, será la nuestra.

El Sur y el Este de la Península Ibérica se verán especialmente afectados por el aumento de la temperatura global. Se calcula que en esta zona, la temperatura media podría ser hasta tres grados más elevada que la del conjunto del planeta. Además, esto traerá consigo un incremento de los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, sequías y lluvias torrenciales, que pondrán en peligro los medios de producción y también a la propia ciudadanía.

Las consecuencias descritas en diferentes modelos de cambio climático son lo suficientemente dramáticas como para tomar medidas para la reducción de la emisión de gases contaminantes, principales causantes del calentamiento global.

Cambio de modelo energético

Y reducir las emisiones pasa, sí o sí, por un cambio de modelo energético que conduzca a una descarbonización de la sociedad. Así como, y esto es lo que más revuelo ha provocado, la apuesta firme por el vehículo eléctrico.

Actualmente, la movilidad supone la cuarta parte de las emisiones de gases contaminantes. Varias ciudades de nuestro país, Madrid como ejemplo más palpable, han visto la necesidad de sacar los coches contaminantes del centro. Una decisión polémica, pero que se sustenta no ya solamente en hacerlas más amigables a los peatones, sino en preservar la salud de sus habitantes.

El tráfico, sobre todo del parque móvil diésel, es el responsable de más de la mitad de la contaminación de las ciudades.
La llegada masiva del coche eléctrico acabará con imágenes com ésta.

Mayoría de coches diesel

La contaminación en las ciudades provoca el aumento de enfermedades respiratorias, principalmente; y asociado a ello, un incremento del gasto sanitario. Las boinas marrones sobre las ciudades se ven alimentadas por los vehículos diesel, mucho más contaminantes que los de gasolina, sobre todo los modelos más antiguos. Estos motores han copado el mercado hasta hace muy poco. Entre 2008 y 2014, los vehículos de gasóleo representaban dos tercios de las ventas del mercado español, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC).

Aunque el escándalo de las emisiones de los diesel, las restricciones que las ciudades planean sobre los vehículos que emplean este combustible y la mayor concienciación de la ciudadanía está revirtiendo estas cifras.

Según ANFAC, en 2017 el 48,3 por ciento de los turismos vendidos eran diesel; el 46,6, gasolina; mientras que el 5,1 por ciento fueron vehículos híbridos o eléctricos.

Ley de Cambio Climático con el coche eléctrico

Los datos marcan un cambio de tendencia, pero no resulta suficiente. De ahí que el Ministerio para la Transición Ecológica tenga entre sus planes que los coches o vehículos comerciales de gasolina, diésel, híbridos y gas natural no se puedan vender a partir de 2040, una medida como la que ha han aprobado Reino Unido y Francia, y que formará parte de la futura ley de cambio climático y transición ecológica.

El objetivo final de esta futura ley es que en 2050 dejen de circular turismos y vehículos contaminantes que emitan CO2, para alcanzar unos niveles de emisiones de gases contaminantes que nos permitan cumplir con las exigencias de la Cumbre de París.

Coche eléctrico y renovables

Por primera vez se pone el foco sobre la movilidad, una vez que se ve más que factible que la práctica totalidad de la electricidad generada en este país proceda de fuentes renovables en unos años. Y el objetivo que plantea el Gobierno es reducir las emisiones en un 90 por ciento, con respecto a las cifras de 1990.

Estas medidas suponen un cambio de modelo como el que en su día produjeron la introducción del carbón y la expansión de los combustibles derivados del petróleo.

Una transformación de la sociedad que cambiará por completo la movilidad tal y como la entendemos hoy. Que cambiará conceptos tan arraigados como el del coche en propiedad. Pero, sobre todo, provocará que los fabricantes de coches y todo su entorno asociado afronten una renovación que han postergado año tras año.

Coches eléctricos con 500 km de autonomía

La implantación del coche eléctrico será una realidad en tan solo unos años. Y algunas marcas tienen buena parte de los deberes hechos, con modelos ya en el mercado y otros a punto de llegar a los concesionarios, que prometen una autonomía más que razonable, que ronda los 500 kilómetros y que permiten pensar en el vehículo eléctrico como una alternativa real a los turismos convencionales.

Sin embargo, no todo el mundo está convencido de que el sector del automóvil esté preparado para lo que se le viene encima. Y también ha dudas sobre la fortaleza del sistema eléctrico de este país, para soportar la demanda de energía de los millones de coches eléctricos que habrá en los próximos años.

La red eléctrica está preparada para el coche eléctrico

Actualmente se calcula que hay unos 30 millones de coches circulando en este país. ¿Qué impacto tendrán en el sistema eléctrico de este país? Sin lugar a dudas, será fuerte, pero eso no quiere decir que se vaya a colapsar. La red eléctrica española está sobredimensionada y la capacidad de producción es de más del doble del pico de consumo más alto, registrado en diciembre de 2007 en plena ola de frío.

Según cifras de Red Eléctrica Española, todas las tecnologías instaladas tienen una capacidad para generar más de 99.000 megavatios. Como media, el punto más elevado de demanda diaria se produce en torno a las ocho de la noche, cuando entre todos los hogares y empresas de este país solicitan a la red unos 33.000 megavatios. Es decir, un tercio de lo instalado.

Por tanto, lo que hasta ahora era una desventaja, porque encarece el recibo de la luz, en un futuro se convertirá en un punto a favor para soportar una demanda que será más acusada en las llamadas horas valle, es decir, desde las doce de la noche hasta las seis de la mañana, cuando la demanda de electricidad se sitúa en unos 20 ó 21 mil megavatios.

Cargador de vehículos eléctricos instalado en la UAL.

Un mix energético copado por las renovables

El experto en energías renovables director de la Plataforma Solar de Almería, Julián Blanco tiene claro que el sistema eléctrico de este país aguantará con soltura la llegada masiva del coche eléctrico. Y es más, considera que en unos veinte años, el mix energético estará copado por las energías renovables, principalmente, que se apoyarán en las centrales de ciclo combinado, alimentadas por gas natural, para compensar los picos de demanda y cubrir los valles de producción de electricidad renovable.

Este experto confía en el desarrollo de las renovables para cubrir la mayor parte de la demanda de este país, y como ejemplo pone el caso de la fotovoltaica. Los avances en esta tecnología permiten que la producción de un kilovatio tenga un coste de tres céntimos de euro, frente a los 28 que costaba hace tan solo una década.

Además, considera que el coche eléctrico puede ser un apoyo muy importante para el sistema de energías renovables, en la medida en que cada uno de los vehículos se convertirá en una fuente energética andante, capaz de almacenar gran cantidad de electricidad y compartirla con edificios públicos o privados.

Eso sí, esta parte, explica Julián Blanco, requerirá una legislación específica, que regule los intercambios energéticos entre los coches eléctricos y las instalaciones.

Coches eléctricos como almacenes de energía

En este sentido, la Universidad de Almería cuenta con una proyecto muy interesante que desarrolla el grupo de investigación Automática, Robótica y Mecatrónica. Estos investigadores han convertido un coche eléctrico en un almacén de energía, capaz de moverse de manera autónoma por un entorno determinado, en su caso, el campus almeriense, para ofrecer la electricidad almacenada en sus baterías entre los diferentes edificios de este entorno.

Detrás de toda la complejidad técnica de este proyecto, que es mucha, hay una idea muy sencilla. El trabajo se desarrolla en un entorno inteligente, en el que los edificios están interconectados entre sí y también lo están con el vehículo en cuestión. Entonces, estos edificios, también de manera autónoma, reclaman los servicios del coche eléctrico cuando detectan una demanda energética importante. El vehículo autónomo va hasta ellos y se ‘enchufa’ para que éstos utilicen su batería. Cuando acaba, regresa a su aparcamiento.

Mientras el vehículo no es solicitado por ningún edificio, está cargando sus baterías.

Este proyecto tiene un carácter experimental muy elevado, pero vale para abrir nuevos caminos en lo que serán los intercambios energéticos que se impondrán en un futuro en entornos como centros comerciales o grandes centros de trabajo, donde los vehículos eléctricos estarán conectados a la red, recibiendo o entregando energía, en función de la demanda de ese momento.

Componentes de un coche eléctrico y los de uno de combustión.

Vehículo eléctrico vs. vehículo de combustión

Otra cuestión que ha desatado una gran polémica es hasta qué punto la tecnología de los vehículos eléctricos estará preparada para sustituir a los de combustión. Y la respuesta es que sí, al menos así lo piensa el director gerente de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE), Arturo Pérez de Lucía.

Esta asociación agrupa a empresas de todos los sectores implicados en la implantación y desarrollo del coche eléctrico: fabricantes de vehículos, instaladores de puntos de recarga, empresas de renting, talleres, operadores de movilidad… Y desde ella se traslada un mensaje tranquilizador, que contrasta con el plante que los fabricantes de coches, integrados en esta asociación, dijeron a la responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

En una entrevista concedida a Cinco Días explicó que los fabricantes de coches eran conscientes del cambio de modelo que se anunció el pasado mes y están preparados para asumir esta transformación radical para descarbonizar la movilidad privada en 2050, tal y como exige la Comisión Europea. Es más, afirmó que marcas como Nissan anunció que para 2021 dejará de vender coches diésel; y que gigantes como PSA, que fabrica uno de cada tres coches que se montan en nuestro país, anunció que toda su gama tendrá una versión eléctrica en 2025.

Es decir, que la industria del automóvil ya tiene mucho avanzado, y pronto habrá coches eléctricos baratos. Lo que ocurre es que muestra sus reticencias ante la remodelación industrial que tendrá que hacer y también, todo hay que decirlo, la reducción que ingresos que supondrá el coche eléctrico.

Un coche con solo 200 piezas

Un coche como los que tenemos hoy día está compuesto por unas 1.500 piezas. Elementos que sufren desgaste, se rompen y hay que cambiar de manera periódica. Y eso supone ingresos en concepto de repuestos para las marcas de automóviles.

Un coche eléctrico cuenta solamente con unas 200 piezas, que además, sufren un desgaste mucho menor. Por tanto, será un coche que tendrá que hacer menos visitas al taller, no necesitará tantas revisiones y, por tanto, consumirá muchos menos componentes de repuesto.

El responsable del grupo de investigación Energía Electrónica de la Universidad de Murcia, Mariano Alarcón, considera que 2040 es una fecha razonable para la industria del automóvil y que los fabricantes están preparados para asumir este reto. Recuerda que los primeros coches que se vieron en las primeras carreteras, o mejor dicho, caminos, eran eléctricos, pero se vieron desbancados por los motores de explosión por la popularización del petróleo. Así que se trata de una tecnología sobradamente conocida y en la que hay grandes empresas interesadas en que se aplique a la movilidad.

No se deberían retirar los motores de combustión por ley

“El sector tiene tiempo para adaptarse”, opina Mariano Alarcón, que también está convencido de que no se deberían retirar por ley los motores térmicos, sino que fuera el propio mercado y la demanda de los usuarios los encargados de poner la fecha para la retirada de esta tecnología, tal y como ocurrió en su día con las máquinas de vapor.

Porque considera que todavía se pueden mejorar más y reducir sus emisiones contaminantes. Y se muestra convencido de que la industria mejorará la autonomía para conseguir unos niveles de autonomía que se acerquen más a los vehículos actuales.

Más crítico se muestra el profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica, Térmica y de Fluidos de la Universidad de Málaga, Juan Antonio Auñón, que no cree que en cuestión de treinta años, los treinta millones de coches que circulan hoy día por las carreteras españolas sean eléctricos. Piensa que la industria no está preparada para asumir el cambio de paradigma y también hace públicas sus reservas sobre el impacto que la implantación del coche eléctrico tendrá en la economía española, más teniendo en cuenta que nuestro país es uno de los principales fabricantes de coches de toda la Unión Europea.

Como ejemplo pone el caso de la planta de Opel de Figueruelas (Zaragoza). En esta factoría solo se realiza el ensamblaje de los vehículos, mientras que de la fabricación de los componentes del vehículo la realizan unas ochocientas empresas asociadas a esta planta, y que tendrán que adaptarse de cara a la reconversión industrial que supondrá dejar de fabricar coches eléctricos.

Al mismo tiempo se pregunta de dónde saldrá la electricidad que alimentará a un parque móvil eléctrico tan importante, así como las materias primas para la construcción de los millones de baterías que se necesitarán para tanto vehículo eléctrico.

Despiece de un coche eléctrico.

El coche autónomo en el horizonte cercano

El investigador de la Universidad de Alicante, Tomás Martínez, tampoco cree que la industria del automóvil esté preparada para asumir el reto de la electrificación. Él trabaja sobre el coche autónomo eléctrico, al que le ve un futuro prometedor y una implantación a una escala importante en unos cinco años, pero como transporte de mercancías y pasajeros en entornos cerrados, como grandes empresas o polígonos industriales, donde el tráfico no sea muy complicado.

Está claro que en torno a la implantación del coche eléctrico hay muchos interrogantes y todavía más escepticismo. Por ejemplo, hasta qué punto es más limpio producir un coche eléctrico que uno convencional. O qué se hará con las baterías una vez estén en desuso. O también, cómo se organizará una red de electrolineras que permitan circular con un vehículo eléctrico con la misma tranquilidad que hoy día se hace con uno alimentado por combustibles fósiles. Lo cierto es que son aspectos en los que se está avanzando enormemente y que en unos años quedarán solucionados.

Implantación paulatina del coche eléctrico

Además, la implantación del coche eléctrico no será de la noche a la mañana, sino que se hará de forma paulatina. Y como con todos los cambios tecnológicos, a medida que se vayan popularizando se irán generando nuevas soluciones y cada vez más económicas.

También está por ver qué ocurrirá con los vehículos alimentados por hidrógeno, una tecnología prometedora, pero que todavía está en pañales, a la espera de dar con una solución razonable para la obtención de este gas y de un sistema seguro para su almacenamiento.

En cualquier caso, la descarbonización de la movilidad es imprescindible para detener el calentamiento global y asegurar el bienestar del que disfrutamos ahora. Y la medida prevista en la futura ley de cambio climático no es más que el impulso necesario para que toda la sociedad, desde los ciudadanos de a pie hasta las marcas de vehículos más importantes, se pongan las pilas y apuesten por un modelo más ecológico, limpio y, sobre todo, saludable.

Puntos de recarga de coche eléctricos

Punto de recarga de coche eléctrico desarrollado en la UJA.

La Universidad de Jaén se ha adelantado al problema y ha desarrollado un sistema para la reserva de puntos de carga para vehículos eléctricos. Se trata de un dispositivo, para el que han obtenido una patente, que permite que los usuarios registrados en el sistema reserven unas horas de carga para su vehículo eléctrico.

De esta manera se evitan esperas innecesarias y se puede planificar la carga de la batería, para aprovechar el tiempo en el que el vehículo está parado. Este sistema, según informó Francisco Feito, investigador de la UJA y uno de los desarrolladores de la patente, es ideal para los aparcamientos de comunidades de vecinos, donde los puntos de recarga estarán limitados y habrá que organizarse para que todos puedan acceder a la electricidad, así como para puntos de recarga públicos.

El funcionamiento es sencillo. Los cargadores están inscritos en una web donde aparecen geolocalizados, el usuario realiza una reserva; el sistema le envía un código que introduce al llegar al cargador y puede enchufar su vehículo. El sistema está patentado y sus responsables buscan inversores para comercializarlo.

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