La UGR trabaja en nuevos analgésicos para tratar dolores articulares como la artitris

Los investigadores de la UGR que han participado en este trabajo. De izquierda a derecha, Gloria Perazzoli, Ángeles Montilla García, Enrique J Cobos del Moral, José Manuel Entrena Fernández y Miguel Ángel Tejada Giráldez.

Las alteraciones funcionales que presentan los pacientes con artritis afectan negativamente a su calidad de vida, dificultando tareas cotidianas que a una persona sana le parecen sencillas, tales como: abrir un frasco, coger una taza o el cepillo de dientes, leer el periódico o cortar un trozo de pan con un cuchillo.

Esta disminución en la función física de los pacientes artríticos se puede cuantificar en las consultas de reumatología mediante la medición de la fuerza de agarre del miembro afectado. La disminución en la fuerza de agarre guarda una proporción directa tanto con la progresión de la enfermedad como con el dolor que sufre el paciente, ya que ambos están íntimamente relacionados.

Para el desarrollo de nuevos analgésicos, es necesario el uso de modelos animales que se aproximen lo máximo posible a la situación del paciente. Sin embargo, a pesar de la importancia clínica de la fuerza de agarre, este parámetro se usa rara vez en investigación preclínica (en animales de experimentación). En cambio, el paradigma experimental predominante en la investigación en roedores se basa en el conocimiento que tenemos del dolor cutáneo (al recibir una estimulación sensorial en la piel, como puede ser el tacto).

Un estudio liderado por científicos de la Universidad de Granada (departamento de Farmacología e Instituto de Neurociencias del Centro de Investigación Biomédica, Instituto Biosanitario de Granada), junto con la empresa farmacéutica Esteve y el Instituto Teófilo Hernando de I+D del Medicamento, demuestra que la fuerza de agarre puede ser utilizada en ratones con artritis para la evaluación de analgésicos, y que las neuronas sensoriales que median este tipo de dolor son diferentes de las que median el dolor cutáneo, por lo que los fármacos que producen analgesia en el dolor cutáneo no necesariamente lo han de producir en el dolor articular.

“Profundizar en este tipo de estudios podría dar lugar al desarrollo de analgésicos mejores, dirigidos específicamente a aliviar el dolor articular”, afirma el director de este trabajo, el investigador del departamento de Farmacología e Instituto de Neurociencias de la Universidad de Granada Enrique J. Cobos del Moral.

Este trabajo de investigación ha sido posible gracias al Programa de Reincorporación de Doctores del Vicerrectorado de Investigación y Transferencia de la UGR.

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