Un análisis de estudios publicados realizado por investigadores del grupo Estudio en Actividad Física, Fisioterapia y Salud de la Universidad de Jaén (UJA), del Grupo Enfermería e Innovación en Cuidados y Salud de la UJA y del grupo Estrés Celular y Edad de la UJA indican que el tai chi puede ayudar a reducir el número de caídas tanto en la población adulta mayor como en los adultos en riesgo. Los hallazgos, publicados recientemente en la prestigiosa revista científica Journal of the American Geriatrics Society ofrecen una manera simple y holística de prevenir lesiones.
El tai chi es una antigua práctica china centrada en la flexibilidad y la coordinación de todo el cuerpo, prestando atención a promover el movimiento armonizado en el espacio. Investigaciones anteriores han demostrado que el tai chi es un ejercicio eficaz para mejorar el control del equilibrio y la flexibilidad en las personas mayores. “Esto sugiere que la práctica podría ayudar a proteger contra las caídas, que son la causa primaria de muerte traumática en adultos mayores y que generan una gran carga en el sistema de salud pública debido a las comorbilidades asociadas en sujetos que caen. Por lo tanto, la prevención de caídas surge como un objetivo mundial importante para las políticas de salud dirigidas a las poblaciones mayores”, explica Rafael Lomas Vega, vicedecano de Fisioterapia de la UJA y miembro del grupo de investigación de este estudio.
Ensayos clínicos
En su investigación, el equipo de trabajo formado por Rafael Lomas, Rafael del Pino, profesor del Departamento de Enfermería, Francisco Javier Molina, profesor del Departamento de Ciencias de la Salud, y el doctorando Esteban Obrero, realizó una revisión sistemática en la literatura médica de los estudios pertinentes más recientes y una integración estadística de los datos de esos estudios a través de un metaanálisis. El equipo identificó 10 ensayos clínicos aleatorizados que analizaron el efecto del tai chi en comparación con otros tratamientos (como la fisioterapia convencional, el ejercicio de baja intensidad, los estiramientos o el yoga) sobre el riesgo de caídas en los adultos en riesgo y en los adultos mayores.
En concreto, el estudio analiza el riesgo de caídas, es decir, el número de caídas reportadas por los sujetos del estudio. Este concepto es más informativo porque indica el riesgo de tener lesiones con mayor precisión. A partir de su estudio, afirman que la práctica del tai chi proporciona una reducción significativa del riesgo de caídas del 43% en comparación con la de otras intervenciones en el seguimiento a corto plazo (menos de 12 de meses) y una reducción del riesgo de caídas del 13 % en el seguimiento a largo plazo (más de 12 meses). “Según estos resultados, existen evidencias de alta calidad de que el tai chi reduce significativamente el riesgo de caídas y creemos que hay evidencia científica para que los profesionales de la salud recomienden la práctica del tai chi en adultos mayores”, indica Rafael Lomas.
Primeros resultados
En cuanto a las caídas perjudiciales, hubo pruebas de muy baja calidad de que el tai chi reduce el riesgo en un 50% a corto plazo y en un 28% a largo plazo. La práctica del tai chi puede reducir el riesgo de caídas en casi la mitad durante el primer año de seguimiento, y este efecto puede extenderse a más de un año de seguimiento, aunque la magnitud del efecto se reduce sustancialmente.
A largo plazo, “la práctica del tai chi puede recomendarse para prevenir caídas en adultos mayores y en adultos en riesgo. La duración de las intervenciones varió de 12 a 26 semanas, mientras que la frecuencia de las sesiones de 1 hora varió de una a tres veces por semana“, señala Rafael Lomas. “Sin embargo, debido al pequeño número de estudios publicados, se necesitan más ensayos que investiguen el efecto del tai chi sobre las caídas perjudiciales y el tiempo hasta la primera caída”.