El programa SEICAT cuantificará el efecto socioeconómico de las especies invasoras

Cangrejo rojo.
Cangrejo rojo.

Algunas especies de flora y fauna introducidas pueden afectar el bienestar y los medios de vida de la gente. Un grupo de ecólogos de 24 instituciones, liderado por Sven Bacher de la Universidad de Friburgo (Suiza), ha confeccionado un sistema estandarizado y transparente para clasificar a las plantas y animales invasores en función del daño que puedan ocasionar, y así poder identificar cuáles son las peores, y por tanto manejarlas para mitigar sus impactos. Entre ellos se encuentra Montse Vilà, investigadora de la Estación Biológica de Doñana (EBD), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Las especies introducidas, además de ocasionar impactos en el medio ambiente, pueden causar daños en la salud humana, en los sistemas productivos y por tanto en nuestros medios de subsistencia. Por ejemplo, el mosquito tigre Aedes albopictus, originario del Sudeste de Asia está expandiendo enfermedades como el Dengue y la fiebre amarilla en áreas donde no son endémicas. Este mosquito activo durante todo el día no solo pone en peligro la salud pública sino las actividades lúdicas al aire libre. El caracol manzana (Pomacea spp) de origen sudamericano se ha utilizado en acuariofilia, su introducción accidental en los arrozales del Ebro constituye un problema serio para la producción del arroz, y por tanto puede afectar a la economía de algunas familias de la zona.

Análisis de riesgo

Estos impactos “no tangibles” han recibido poca atención puesto que estamos acostumbrados a valorar los impactos de forma monetaria, pero sabemos que el dinero no hace la felicidad. Los investigadores han utilizado un método ideado por un Premio Nobel en Economía,  Amartya Sen Nobel en año 1998.

Se trata de un análisis de riesgo que han llamado SEICAT y que cuantifica mediante indicadores del estado del bienestar, el efecto que las especies invasoras tienen en las capacidades que rigen la vida de la gente (ej. descansar, estudiar, poder desplazarse, recibir cuidados médicos, disfrutar del ocio, etc.); en aspectos que son sumamente importantes en nuestra vida cotidiana. Según este método, el impacto de las especies se clasifica en varios niveles que van de mínimo (ningún cambio en las actividades humanas) hasta masivo (desaparición irreversible de una actividad en la región de influencia).

Cuantificación

Para demostrar la utilidad de esta herramienta, se clasificaron los impactos de anfibios exóticos invasores a nivel global. Estos mostraron una amplia variedad de impactos sobre el bienestar humano, mostrando el sapo de caña (Rhinella marina) el máximo nivel de impacto. Este sapo se ha introducido para el control de plagas en muchas regiones pero ha terminado convirtiendo en una plaga en muchas de sus regiones introducidas, ya que los depredadores nativos, que podrían controlar su población, se mueren al comerlo por la toxicidad de su piel. Está incluido en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

“Esta herramienta nos permite cuantificar de forma transparente y objetiva los impactos de las especies invasoras más allá de los problemas que ocasionan en la conservación de la biodiversidad, o el coste económico de los daños que provocan”, dice Montserrat Vilà investigadora de la EBD-CSIC. A diferencia de otros métodos económicos más complejos y que requieren de información muy detallada, este sistema permite identificar a las peores especies invasoras de una forma bastante rápida. “Es imposible manejar a todas las especies invasoras por igual. Este método es una herramienta que nos permite priorizar y tomar decisiones”, apunta Vilà.

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