Cuevas de Almanzora contará antes de fin de año con la primera instalación que tratará un molesto residuo como los purines de los cerdos. La instalación usará los excrementos de los animales para producir biogás generando a partir de ellos kWh. La iniciativa ha sido proyectada por la ingeniera ICC que, conocedora del potencial de la zona, planea desarrollar otras en Cuevas, Pulpí y Huércal-Overa. Con dicha planta se conseguirá dar solución al problema medioambiental que constituye la gestión de estos residuos, considerados sustancias muy contaminantes.
El tratamiento de estos residuos conlleva gastos considerables para el ganadero. Si el método tradicional consiste en dejarlos secar para la obtención de abono, el sistema propuesto por ICC trata de aprovechar al máximo estos desechos para obtener energía limpia, a través del biogás que se genera en su procesado.
Por otro lado, se trata de una iniciativa muy rentable para el ganadero que, además de ahorrarse costes para este tratamiento, podrá obtener beneficios extra por la producción de energía eléctrica vertida directamente a la red. Incluso, al tratarse de un proyecto susceptible de ser subvencionado, resultará de gran interés económico para los empresarios del sector. De hecho, la voluntad de dos empresas alemanas es la que ha posibilitado la puesta en marcha de esta instalación que se encuentra en trámite administrativo, pero que se prevé entre en funcionamiento a mediados de 2010. Esta planta tan pionera empleará cogeneración de biogás y tendrá una producción superior a los 85 kilowatios hora (kWh).
Otra de sus ventajas adicionales es que tendrá capacidad para deshacerse tanto de los excrementos de cualquier animal de granja como de sus cadáveres, cuyo tratamiento conlleva continuos desembolsos para los ganaderos, que tiene que abonar un canon para la incineración en plantas especiales en Sevilla o Huelva. Los residuos animales (que se podrán almacenar junto a otros agrícolas o residenciales) se fermentan en grandes cilindros metálicos y posteriormente se les somete a una altísima presión y a un tratamiento de calor. El resultado final es un residuo seco que se puede emplear como compost de alta calidad.
En Andalucía existen actualmente varias plantas que funcionan con un sistema similar al formulado por la empresa Ingeniería y Centro de Cálculo (ICC). Sólo en Huelva y el norte de Córdoba realiza este tipo de procesos tan complejos. Por su parte, la compañía alimentaria El Pozo también cuenta con la suya propia en sus instalaciones de Alhama de Murcia. Sin embargo, la potencia de ésta (15 MW) es muy superior a la que se construirá en el Levante almeriense.
En cualquier caso, este nuevo sistema -mucho más higiénico, económico y sostenible- está llamado a constituir en un futuro una alternativa para el tratamiento de este tipo de residuos orgánicos tan específico. Pese a la inversión inicial para el ganadero, el procedimiento resulta rentable a corto o medio plazo.
Más información: Ingeniería y Centro de Cálculo C/ José Morales Abad, 2.
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