El primer exoplaneta descubierto con tecnología española y desde Calar Alto

CAFE, el instrumento español instalado en el Observatorio Astronómico Hispano Alemán de Calar Alto, ha permitido confirmar la naturaleza planetaria del objeto que orbita alrededor de una estrella gigante roja denominada KIC 8219268. Denominado Kepler-91b, se convierte así en el primer exoplaneta confirmado utilizando instrumentación desarrollada en España, además de ser el primer planeta verificado más allá de toda duda que orbita alrededor de una estrella gigante.

Hasta 1995 sólo se tenía evidencia de la existencia de los planetas del Sistema Solar. En aquel año, Michel Mayor y Didier Queloz, de la Universidad de Ginebra, descubrieron el primer exoplaneta orbitando alrededor de una estrella similar al Sol: 51 Peg b. Actualmente existen diversas vías para encontrar nuevos exoplanetas, casi todas indirectas y generalmente basadas en mejoras técnicas y en el desarrollo de nueva instrumentación. Sin embargo, hay dos métodos que destacan por el número de nuevos exoplanetas identificados: el de la velocidad radial y el de los tránsitos. En el primero, se mide el pequeño movimiento de la estrella debido al tirón gravitatorio del planeta en su giro. Esto se observa por el efecto Doppler en la luz que nos llega de la estrella. En el segundo, se observa el, casi insignificante pero medible, descenso en el brillo de la estrella cuando el planeta pasa por delante, algo parecido a lo que sucede en el Sistema Solar cuando Venus o Mercurio transitan proyectados por el disco solar.

El satélite Kepler (lanzado por NASA en marzo de 2009) es uno de los proyectos dedicados a la búsqueda de exoplanetas con el objetivo último de encontrar planetas similares a la Tierra. Basándose en el método de los tránsitos, observa continuamente multitud de estrellas intentando identificar descensos en su brillo que sean periódicos. Uno de esos aparece en la estrella KIC 8219268 cuyas disminuciones en su luminosidad se repiten cada 6,24658 días, siendo una potencial candidata a albergar un planeta extrasolar.

{youtube}7U68-707b9M&hd{/youtube}

Este hecho le hizo ganarse el nombre de KOI-2133.01 (Objeto de Interés de Kepler, KOI por sus siglas en inglés). Analizando las precisas medidas proporcionadas por este telescopio espacial, un equipo internacional liderado por investigadores del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) detectó la presencia de un planeta con una masa ligeramente inferior a la masa de Júpiter orbitando muy cerca de su estrella central, a tan solo 2,32 veces el radio de la misma. Esto se consiguió analizando las modulaciones presentes en la curva de luz (es decir, en el la evolución temporal del brillo proveniente de la estrella) debidas a la deformación de la estrella por la presencia de un planeta cercano. Además, se analizó el pequeño eclipse producido por el planeta al pasar por delante de su estrella y las señales astrosismológicas debidas a la propia pulsación de la estrella, un fenómeno que también se observa en el Sol. Así, el candidato KOI-2133.01 pasó a recibir el nombre Kepler-91b, al ser confirmada su naturaleza planetaria.

Este trabajo permitió concluir que Kepler-91b podría encontrarse en los últimos estadios de su vida, antes de ser engullido por su estrella, siendo el planeta conocido más cercano a una estrella gigante roja. Con una órbita ligeramente elíptica, se calcula que la estrella central subtiende un ángulo de 48 grados en el cielo del planeta, cubriendo alrededor de un 10% del mismo (unas 10.000 veces más que la Luna o el Sol desde la Tierra). Además, la atmósfera del planeta parece estar inflada, probablemente debido a la alta radiación proveniente de su estrella.

Sin embargo, trabajos casi simultáneos rechazaron la naturaleza planetaria de Kepler-91b, basándose en análisis alternativos de la curva de luz y atribuyéndole una luminosidad intrínseca. Estos trabajos de dos grupos diferentes afirmaban que este sistema era, en realidad, el conjunto de una estrella aislada y una binaria eclipsante de fondo que podría estar o no físicamente asociada con la primera.

Para resolver esta dicotomía en la interpretación de los resultados derivados por los diferentes grupos de investigación, se decidió recurrir a la técnica de la velocidad radial. Así, se obtuvieron espectros de alta resolución con CAFE, el espectrógrafo de alta resolución del Observatorio de Calar Alto, casi inmediatamente después de ponerse en marcha. Los datos obtenidos con CAFE confirman, de manera independiente, la presencia de un planeta de una masa 1,09 veces la de Júpiter, un valor perfectamente compatible con la estimación previa mediante el análisis de las modulaciones de la curva de luz. Además, esta concordancia entre las dos técnicas permite validar el uso de las modulaciones en la curva de luz de la estrella como un método emergente de confirmación planetaria. El artículo que describe estos resultados, liderado por Jorge Lillo-Box y David Barrado, investigadores del Departamento de Astrofísica en el CAB, ha sido aceptado para su publicación en la revista Astronomy & Astrophysics Letters.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.