Esta provincia andaluza surtía de plomo a más de la mitad del Imperio Romano

Históricamente, la minería andaluza ha contado con cierta consideración internacional, sin embargo, un nuevo hallazgo ha sorprendido, al constatar que el plomo que se consumía en más de la mitad del Imperio Romano tenía un origen en la región del sur de España, y la mayor parte salía de un solo yacimiento, según ha comprobado un equipo de la Universidad de Córdoba (UCO).

Lingotes de plomo estudiados en esta investigación.

La pista la han dado tres lingotes de plomo de 45 centímetros de largo y un peso que ronda entre los 24 y 32 kilos. Son lingotes con una forma especial de rectángulo con tres lados, algo así como una famosa chocolatina, que han aportado la información para afirmar que una provincia andaluza se convirtió en el principal polo de fundición de plomo del mundo antiguo en occidente.

Qué provincia andaluza surtió de plomo a más de la mitad del Imperio Romano

La provincia andaluza que se convirtió en la mayor fundición de plomo del mundo antiguo y surtió de este mineral a más de la mitad del Imperio Romano fue Córdoba, la capital de la Bética y cuyo territorio actualmente ocupa el norte de la provincia con el valle del Guadiato, los Pedroches y algunas comarcas de Jaén, Ciudad Real y Badajoz.

Concretamente, los tres lingotes analizados y de los que se ha podido extraer tanta información proceden del yamicimento de Los Escoriales de Doña Rama, situado en el municipio cordobés de Belmez.

Cómo se ha podido identificar el origen del plomo empleado por los romanos

Los lingotes, fechados en el siglo I d. C., vieron la luz del siglo XX durante las obras del gaseoducto Magreb-Europa y se guardaron en el Museo de Belmez y en casa de particulares. Dos de ellos cuentan con una marca identificativa a partir de la cual se ha podido desvelar parte de su historia y señalar la importancia minera de la Sierra Morena central durante la época romana. Esta marca son en realidad dos letras, “S S”, y hace referencia a la societas Sisaponensis, una empresa minera originaria de La Bienvenida (Almodóvar del Campo, Ciudad Real), la tierra del cinabrio más famoso, cuyo capital y sede debieron estar, sin embargo, en Córdoba.

Además de la forma triangular de los lingotes, que optimiza el espacio para el almacenamiento, que los lingotes tuvieran esas letras significa que estaban destinados a la exportación ya que era una marca que identificaba al productor de las piezas. Unas piezas que luego se cargaban en barcos con otros productos.

La actividad minera del norte de Córdoba no solo se limitaba a la producción de plomo y plata, algo que ya se sabía, sino que también estaba destinada a la exportación, situando a la zona entre los emisores principales de metales destinados al comercio mediterráneo como defiende un equipo internacional y multidisciplinar liderado por la Universidad de Córdoba en un artículo publicado en la revista Journal of Roman Archaeology.

Qué revela el análisis químico de los lingotes de plomo

El análisis de la composición química y de los isotopos estables de los lingotes ha permitido al equipo investigador desvelar tanto que estaban desplatados, como que el mineral con el que se fabricaron era originario del distrito de Fuente Obejuna-Azuaga, un centro de gran actividad extractiva de la época y al que pertenece al yacimiento de Doña Rama donde se han encontrado los lingotes. Es decir, las tres piezas tenían un origen común ligado al mismo sitio en el que se han encontrado.

El hecho de que los lingotes se encontraran en la misma zona en la que se habían fabricado es un caso excepcional y cuyo motivo se desconoce. La mayoría de los lingotes de este tipo se han encontrado en el fondo del mar Mediterráneo tras el hundimiento del barco que los transportaba a su nuevo destino. Y es, precisamente, en el fondo del mar en donde han obtenido más datos ya que el equipo investigador ha contado con especialistas de la Université Toulouse que llevan años estudiando la composición y realizando un catálogo de los lingotes hundidos allí.

Según los análisis, más de la mitad de los lingotes estudiados por los especialistas franceses provienen del distrito de Fuente Obejuna-Azuaga, lo que pone en evidencia la importancia de Córdoba como punto productor y exportador de los lingotes de plomo.

Qué papel ocupaban la Bética y la actual Córdoba en el comercio de metales en el Mediterráneo

“Esta información inserta a estas comarcas del norte de Córdoba en las redes principales de producción metalúrgica, económica y comercial de la antigüedad en el Mediterráneo”, sostiene el investigador de la UCO Antonio Monterroso Checa, añadiendo que “esto conlleva una industrialización, una destreza y un saber para poder alcanzar ese nivel de fabricación”.

De hecho, aunque aún queda mucho por investigar, el yacimiento de Doña Rama sería en realidad un poblado minero que cuenta con una mina, una fundición, una zona de procesado y posiblemente una fortaleza. Pero, como afirma Monterroso Checa, “todo eso está por investigar”.

El estudio de los lingotes se ha realizado dentro del Proyecto MEI-Heritage. Medio, explotación minera e industria metalúrgica en el sector central de la Beturia de los Túrdulos/Conventus Cordubensis (s.VII a.n.e–s.II d.n.e). Ciencias aplicadas a la investigación de un paisaje patrimonial, financiado por el PAIDI 2020 de la Junta de Andalucía (ref. P20_00482) y Patricia. Unidad de Investigación y Transferencia en Ciencias del Patrimonio de la Universidad de Córdoba. La investigación se inserta igualmente en el proyecto Producción y circulación de bienes en el reborde meridional de la Meseta (sur de la provincia de Ciudad Real) entre la Prehistoria reciente y el fin de la Antigüedad, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España (ref. PID2019-105094GB-I00).