A media mañana de ayer, poco después de las doce, llegaba José Antonio Sánchez Santander, ex presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería, y pregonero de la Semana Santa 2013 al teatro Apolo. En la puerta, todos querían saludarle y darle la enhorabuena por haber sido elegido para la complicada labor de abrir a los ciudadanos las puertas de una de las celebraciones más seguidas de la provincia: la Semana en la que se recuerda la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
José Antonio Sánchez Santander supo, desde el primer momento, transmitir la magia de la Semana Santa, trasladando en cada palabra una mácula de nostalgia y de recuerdos de tiempos pasados. “Me hizo mucha ilusión que me llamaran para pronunciar el pregón porque he dado por terminada una etapa a la que sigo ligado pero en otros menesteres. Y que cuenten conmigo para esto ahora es un precioso broche de oro”. La actual presidenta de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, Encarnación Molina, también estuvo presente en el patio de butacas del Teatro Apolo transmitiendo su apoyo a Sánchez Santander.
“Este pregón es una confesión en voz alta, sembrada en el aire de Almería, gracias a esta exaltación de creencias y fervores que es el pregón, la palabra se hace comunión de amores”, recalcó con firmeza el presentador del acto, Manuel Martínez Ramírez, también ex presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías. “Fue en Navidad cuando anunciamos a la ciudad el nombramiento de un nuevo pregonero y podría contaros muchas cosas de José Antonio Sánchez Santander, que ha desarrollado una rica y conocida actividad al servicio del mundo cofrade”.
Tomó la palabra posteriormente el pregonero, que comenzó con una sencilla oración a la Virgen María, a la que ofreció cada una de sus palabras. También quiso recordar de una manera especial a Enrique Vivas y Antonio Reyes, dos hermanos que “han acudido a la llamada del Padre”. Apeló al concepto de ‘familia’ a la hora de significar el modo de vida elegido por los cofrades. “A todos nos une el amor a María en cualquiera de sus advocaciones”. La Semana Santa a la que hizo referencia es a aquella que se vive de modo constante durante todo el año, y paseó brevemente por las calles más emblemáticas de la ciudad, donde muchas de las procesiones realizan parada de Penitencia. Repasó la historia de los conventos y las parroquias de Almería, y trajo al recuerdo las primeras tallas, los pasos tranquilos de los primeros costaleros, la Hermandad del Santo Sepulcro o la Cofradía de Jesús Nazareno, nacida en el siglo XVI.
Luego detuvo poco a poco sus recuerdos en cada una de las cofradías, en qué significaba cada una de ellas para él y pequeños sellos históricos que han quedado para siempre en la memoria. Recurriendo a la nostalgia, apareció a lo lejos la figura de sus padres. Entonces, José Antonio Sánchez Santander, el pregonero de la Semana Santa, miró emocionado horizonte marcado por el patio de butacas, repleto, y se le quebró la voz. Los presentes le dedicaron un sonoro aplauso que pareció darle fuerzas para continuar hablando. Su padre le transmitió, contó, muchas de las cosas que él siente. Y por las que le da las gracias. “Sin duda, ellos me confirmaron en el amor a la Virgen María”. “Podría parecer que aquella Semana Santa de nuestros predecesores y la que hoy vivimos pudieran ser antagonistas… pero nada más lejos de la realidad. El perfil diferencial puede ser lo estético, en los sonidos, los aromas, pero no en los sentimientos, en la devoción y en la fe”. Reafirmó su creencia de que “las cofradías tienen que ir evolucionando, y adaptándose a un nuevo tiempo, etapa que otros ya pasaron. No olvidemos que todo tiene un por qué”.
Repasó toda la Pasión de Cristo, con firmeza y devoción. Su emoción al hablar de lo acontecido se trasladó a los presentes, algunos de los que no podían contener las lágrimas. De nuevo la voz le juega una mala pasada y se le quiebra cuando recuerda a otros compañeros y amigos que ya no están entre nosotros, pero se torna en esperanza al pasar a hablar del Domingo de Resurrección en Almería.
Cuando terminó el pregón, los asistentes le despidieron en pie, con una cerrada ovación, que él agradeció con una enorme sonrisa. Recogió un clavel de los que adornaban el escenario del que ya no se separó hasta el final de la actividad.
Tras la bajada del telón, aparecieron en escena los músicos de la Banda de Cornetas y Tambores Santa Cruz de Almería, que interpretaron diferentes piezas procesionales, típicas de la Semana Santa, con una energía que conquistó desde el primer momento a la audiencia.
Al término del recital, Encarnación Molina entregó un detalle al presentador del pregonero, Manuel Martínez. El obispo de Almería hizo lo mismo con el pregonero José Antonio Sánchez Santander, al que entregó un cuadro con la imagen del Resucitado. La actual presidenta de la Agrupación de Hermandades también regaló un obsequio al director de la Banda, José Antonio Expósito. Y la Jefa de Protocolo del Ayuntamiento de Almería anunció, antes de cerrar el acto, que el alcalde quería entregarle un recuerdo a Sánchez Santander. “Como es tradición entregar un Escudo de Oro y él ya lo tiene, el alcalde de entregará una metopa con el emblema de la ciudad”. Rodríguez-Comendador bromeó con el pregonero antes de entregarle su obsequio y despidió a los presentes, entre los que se encontraban representantes de la Semana Santa almeriense.
El acto fue ameno y entretenido, y el pregonero marchó del mismo satisfecho. Con la lectura del pregón, ya se intensifican los actos de cara a la Semana Santa, que cada vez está más cerca, y que volverá a llenar las calles de recuerdos y procesiones, convirtiendo el asfalto de Almería en alfombra de flores al paso de los tronos.
