El cambio climático ha dado un paso más. Hasta ahora, la atención estaba centrada en el calentamiento global, sin embargo, esta fase ha sido superado y nos adentramos en lo que la ONU, a través de su secretario general, Antonio Guterres, ha venido a llamar la ebullición global. Este concepto nuevo es más representativo del estado actual del planeta y de la deriva que va a tomar el clima. Pero, exactamente, qué significa eso de la ebullición global.
La ONU afirmó que la era del calentamiento global terminó para dar paso al periodo de “ebullición mundial”, lo que implica que la crisis ambiental y el efecto invernadero alcanzaron “un punto crítico”, provocando eventos ambientales extremos.
Qué significa el concepto de ebullición global
La académica del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile, Eugenia Gayó, explica que la ebullición global “significa que el incremento de las temperaturas a nivel global alcanzó un punto crítico que lleva a desencadenar una serie de eventos climáticos extremos, por ejemplo, la ola de calor que ha caracterizado el cruel verano del Hemisferio Norte”.
¿De qué manera afecta al planeta?
La profesora Gayó, quien también es investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, señala que “el periodo de ebullición básicamente implica que los cambios proyectados se harán aún más evidentes y a una velocidad muy rápida. Esto incluye, por ejemplo, el alza del nivel del mar, la intensificación de las sequías, tanto en frecuencia y magnitud, y de grandes masas de hielo”.
“Precisamente, algunos estudios advierten que el concomitante debilitamiento de la AMOC [Circulación de vuelco meridional del Atlántico], uno de los principales procesos que controla el clima terrestre, podría cambiar la forma en que se distribuye la energía alrededor del planeta, de una manera análoga a lo que se representa en la película ‘El día Después de Mañana’. Esto tendría un gran impacto en los ecosistemas del planeta y en la seguridad alimentaria a nivel global”, advierte la profesora Gayó.
Cómo es ese paso más que se da con la ebullición global
Laura Ramajo, investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la Universidad de Chile, agrega que “el calentamiento global hace referencia a un proceso sostenido, pero el de la ebullición es cuando los efectos ya son graves. Ya estamos viendo que se están cumpliendo los pronósticos en base a este aumento en la intensidad y en la frecuencia de eventos extremos en la que prácticamente todo el planeta los está sufriendo”.
En concreto, detalla Ramajo, este aumento en las temperaturas “incrementa los impactos de procesos meteorológicos o de eventos meteorológicos y de climas extremos, y se espera que las sequías sean mucho más frecuentes y mucho más extremas y duraderas. Se espera que cuando llueva, llueva, o cuando caigan estas lluvias sean de carácter torrencial, que sean precipitaciones muy intensas en muy poco tiempo y que, asociado a las sequías que existen, generen desertificación y lo que hacen es generar deslizamientos de tierra e inundaciones, porque la tierra ya no tiene la capacidad de absorber esa cantidad de agua”.
¿Se puede revertir esta “ebullición global”?
Laura Ramajo, asegura que “sí hay forma de revertirlo, y los últimos informes del IPCC -Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático- son súper claros en determinar que tenemos poco tiempo, pero que todavía estamos en ese margen para poder tomar acciones”. Para esto, precisa, “hay que cortar, definitivamente las emisiones de gases de efecto invernadero y tiene que haber un cambio estructural en la forma en la que nos estamos desarrollando y en la relación que tenemos con la naturaleza”.
Sin embargo, afirma que “el problema es que la ambición climática va muy lenta y esperamos que ahora, con la nueva COP28 que se va a celebrar, viendo estos efectos de los eventos climáticos extremos que hemos tenido en prácticamente todo el planeta y que no hay región que se haya salvado, de verdad se tomen en serio los compromisos y estas reducciones y estos cambios en las matrices energéticas”.
La profesora Eugenia Gayó, finalmente, sostiene que “debemos limitar el incremento de las temperaturas, ciertamente, y esto se puede alcanzar a diferentes escalas reduciendo las emisiones de gases efecto invernadero, especialmente derivados de la combustión de combustibles fósiles. Esto no solo representa una medida de mitigación que debe ser considerada a nivel estatal, sino que también requiere de nuestro compromiso como personas, modificando nuestras prácticas (usar menos el auto, y más transporte público), y -sobre todo- a través de la participación ciudadana en las diferentes esferas sociales”.