El acto, conducido por Pila Quirsoa, tendrá lugar mañana miércoles, 10 de octubre, a las 20.00 horas, en la Biblioteca Pública ‘Francisco Villaespesa’.
Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977) pasó su infancia en Buenos Aires. Hijo de músicos argentinos emigrados, terminó de criarse en Granada. Es autor de las novelas Bariloche (Finalista del Premio Herralde y una de las revelaciones del año según El Cultural), La vida en las ventanas, Una vez Argentina y El viajero del siglo (Premio Alfaguara, Premio de la Crítica y elegida entre las novelas del año por los críticos de El País, El Mundo y los diarios holandeses NRC y Volkskrant). Ha publicado también los libros de cuentos El que espera, El último minuto, Alumbramiento y Hacerse el muerto; los aforismos El equilibrista; el libro de viajes por Latinoamérica Cómo viajar sin ver; y poemarios como El jugador de billar, El tobogán (Premio Hiperión), Mística abajo, Patio de locos o No sé por qué. El volumen Década recopila su poesía. Traducido a once idiomas, formó parte de la lista Bogotá 39 y fue seleccionado por la revista británica Granta entre Los 22 mejores narradores jóvenes en español. Escribe en su blog Microrréplicas.
En Hablar solos (Alfaguara, 2012), Andrés Neuman aborda el tema de la muerte como un proceso, poniendo en foco no la figura del enfermo, sino la del sobreviviente, en este caso una mujer, a partir de tres voces con autonomía que se alternan y cruzan como si tocasen una partitura musical. Según Neuman, “no me interesaba la pérdida como acontecimiento concreto, sí como proceso en sus tres momentos cruciales: antes, como temor, angustia; durante, como vacío, ausencia; y el después como duelo y superación”, dice el escritor. “Es una novela, creo, muy extrema, en el sentido de que hay mucha vida pero también mucho deseo y mucho sexo”, afirma Andrés.
La novela se inicia con Lito, que acaba de cumplir diez años y sueña con camiones. Mario está enfermo y tiene deudas con su memoria. Antes de que sea tarde, ambos inician un decisivo viaje en el que compartirán mucho más que tiempo y espacio. Acosada por la idea de la pérdida, Elena se sumerge en una catártica aventura capaz de desafiar sus límites morales. Adicta a la lectura, no dejará de toparse con su propia vida en los libros, o viceversa.
Alternando ternura y crudeza, Hablar solos se desplaza de la infancia a la perversión, de la familia al duelo. Una novela perturbadora que indaga en las relaciones entre Tánatos y Eros, planteando una pregunta de profundas consecuencias: ¿cómo afecta la enfermedad a nuestra forma de leer y de vivir el sexo?