Las ‘Jornadas Astronómicas’ llevan cuatro años reuniendo en Almería a astrofísicos, premios Nobel, astronautas y público en general para dar respuesta a las eternas cuestiones de quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos. Una cita con los orígenes del universo que cada verano nos hace ver las estrellas desde otro punto de vista.
“Tengo muy poco tiempo teniendo en cuenta que he de contarlestoda la historia del universo; así que empezaré ya.” Estas eran las primeras palabras de John Mather ante un Teatro Apolo en penumbra y abarrotado. Inmediatamente después ofrecía un resumen rápido de la situación: “Básicamente nos freiremos en unos mil millones de años. Primero el sol se calentará, después la Nebulosa de Andrómeda chocará con la Vía Láctea y nuestra estrella terminará por agotarse. El universo seguirá expandiéndose cada vez más rápido y las luces de las estrellas se apagarán”. El Nobel de Física de 2006 nos pintaba un futuro negro; aunque lo situaba para largo: unos cuantos miles de millones de años. Entre tanto, dice, “este es un buen momento para estar vivo”.
Tras este marco general el público estaba listo para cuestiones más específicas. Mather refirió las investigaciones del proyecto Cobe que le hicieron merecedor del Nobel y apovechó además para hacer un repaso a sus predecesores en eso de pensar en las estrellas; desde los egipcios hasta Friedmann y Einstein. Para el futuro inmediato nos desgranó su próximo proyecto: el telescopio espacial James Webb, que permitirá observar cómo seformaron las primeras galaxias en el cosmos.
Un astronauta con los piés en la tierra.
La que puso Mather fue sólo una de las guindas del pastel de las Jornadas de este año. La otra ‘gran estrella’, esta vez si, venida desde el espacio, fue el astronauta Miguel López Alegría. Este americano de origen español cumplió con el protocolo de los actos de presentación con un humor de esos que se llaman gremiales. Ante las preguntas de los periodistas confesaba: “Es la primera vez que estoy en Almería, aunque la había visto desde el espacio”. Se confirmaba así, con un segundo testimonio, un hecho que ya había atestiguado la edición pasada el también astronauta Pedro Duque. Ni Muralla China, ni Pirámides de Egipto. La única obra humana vista desde el espacio son los invernaderos de Almería.
Además de sentido del humor, Alegría demotró ser un viajero espacial atípico. En contra de lo que pudiese suponerse, es un hombre al que no le interesa la ciencia ficción, de hecho 2001 es una de las pocas películas delgénero que recuerda haber visto, aunque confiesa no haberla entendido. Más desconcertante es que el astronauta siguiese sincerándose: “no conozco demasiado sobre las estrellas más allá de las cartas de navegación que ha de aprender la tripulación de los vuelos espaciales”. Quizá seamos nosotros los que hayamos visto demasiados astronautas de ficción y pocos de carne y hueso.
Una semana de actividades
Premio Nobel y astronauta eran los dos platos más llamativos de un menú astronómico que se ha repartido durante toda una semana. Joao Alvés, Director del Observatorio de Calar Alto se encargaba de disertar sobre el origen de las estrellas y planetas, dejando patente lo relativo que es nuestro tamaño ante la inmensidad. Dejaba una dudaen el aire: “si el universo es tan grande, ¿por qué ha de ser nuestro planeta el único en albergar vida inteligente?
La presencia de Alves nos hacía recordar la suerte que tenemos por contar con un cielo tan claro como el de Almería, pero hacía patente el peligro que lo amenaza. Citando estudios realizados por la propia institución, Alves dejaba constancia de la contaminación lumínica que ha ido creciendo en la zona durante los últimos 30 años y los trabajos que, de la mano de Diputación, se plantean para preservar la calidad de nuestro cielo. Un valor que no se puede pagar con dinero y que a base de pequeños gestos como el cambio de orientación de la iluminación o la sustitución de bombillas del alumbrado público en los pueblos de la zona pueden traer otros beneficios colaterlaes: “En Las Palmas se han llevado a cabo experiencias similares y la iluminación resultante, además de no contaminar el cielo, resulta muy romántica para el paseante”.
Todo esto en el Apolo; pero las Jornadas tienen todos los años un escenario alternativo. En la noche del sábado nos desplazábamos a las instalaciones que la Asociación Orión tiene en Retamar para compartir una nochede obsevación, entre otros, con un Premio Nobel que por una noche hizo olvidar la Eurocopa. Si la conferencia del jueves 26 hubo de adelantarse para no coincidircon el partido de España, Mather firmó autógrafos cual delantero centromientras unos cuantos forofos mirábamos de reojo el partido de Holanda.
Descargar artículo completo en: n 38. Tesoros submarinos del Cabo. Julio 2008.