¿Se puede conducir tras un ictus? La respuesta la dará un método desarrollado por la UMA y la UGR

Cada año se producen cerca de 105.000 casos nuevos de ictus, según la Federación Española de Daño Cerebral. ¿Es segura la vuelta a la conducción tras sufrirlo? Un equipo científico compuesto por investigadoras de la Universidad de Málaga y Granada trabajan para la elaboración de un protocolo que evalúa las cognitivas de estos pacientes y cómo estas pueden afectar a su capacidad para conducir.

El equipo de la UMA a los mandos del simulador de conducción empleado en este estudio.

“Actualmente, en el ámbito nacional, no existe un protocolo válido de evaluación que recoja las principales pruebas que podrían ser determinantes para volver a conducir tras un ictus cerebral”, afirma la profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UMA, María Rodríguez Bailón, una de las impulsoras de este proyecto, que reúne a científicas andaluzas expertas en el ámbito de la Psicología, la Neuropsicología y la Terapia Ocupacional.

Qué alteraciones cognitivas se producen tras un ictus y que afectarían a la conducción

La investigadora explica que las personas que han sufrido un Accidente Cerebro Vascular (ACV) pueden manifestar alteraciones cognitivas con efectos en los procesos de memoria, atención, toma de decisiones o resoluciones de problemas, así como alteraciones en la personalidad, mostrándose más rígidos en sus planteamientos.

Precisamente el protocolo en el que se está trabajando permitirá identificar qué pacientes podrán conducir en el momento de la evaluación y cuáles necesitarían intervención de los procesos alterados antes de poder conducir.

Actualmente, se están realizando pruebas ‘off-road’, para predecir la ejecución de la conducción e identificar déficits cognitivos; pruebas sobre percepción de peligros y estimación de riesgo, y, también, se ha creado un test ‘on-road’ de evaluación de la ejecución de la conducción tanto en simulador como en conducción real.

Cómo se realizan las pruebas para determinar si se está capacitado para conducir

Para la realización de las pruebas, la Universidad de Málaga cuenta con un simulador de conducción en el laboratorio en la Facultad de Ciencias de la Salud en el que la persona examinada podrá realizar un recorrido virtual, de una hora y media de duración, con un equipamiento similar al de un coche real que, incluso, se adapta a ejemplos de climatología adversa, diversos tipos de vías o comportamientos agresivos de otros conductores.

Con el simulador de conducción ‘DriveSlim’, un software especialmente diseñado como herramienta educativa para conductores, y el ‘DS-PAD’, compuesto por palancas de iluminación, intermitentes, limpiaparabrisas, cinturón de seguridad y freno de estacionamiento, además de practicar en un entorno seguro de riesgos, se puede conocer el comportamiento en carretera y los errores cometidos.

Colaboración

Este proyecto trabaja en colaboración con la fundación El Torcal, que ha puesto a disposición de la investigación un vehículo de doble control automático y otro manual, con diversas adaptaciones, así como la presencia de una instructora.

También cuenta con el apoyo de la Dirección General de Tráfico y del Ayuntamiento de Málaga. Representantes de ambas instituciones han acudido recientemente al laboratorio de la Universidad de Málaga para conocer en primera persona el proyecto de mano de sus impulsoras. Una cita en la que también estuvo presente la vicerrectora adjunta de Investigación, Zaida Díaz.

Los pacientes participantes de este estudio vienen derivados de diferentes hospitales y centros de daño cerebral de Málaga y Granada, como el Hospital Regional Universitario de Málaga, el Hospital Universitario Virgen de la Victoria, la Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Málaga (ADACEMA) o el centro Aisse Sinergia (Granada).

Este proyecto está financiado por fondos FEDER de la Junta de Andalucía -Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades-.