El Paraninfo Universitario recobró, ayer, la tradicional ceremonia de investidura de nuevos doctores tanto en fecha, próxima a Santo Tomás de Aquino -patrón de la Universidad- como en forma, ya que es el primer acto de estas características que reconoce a los doctorandos que leyeron sus tesis en un curso -en este caso el 2021-22-, tras las alteraciones protocolarias que produjo la pandemia.
202 estudiantes de Doctorado defendieron sus tesis el pasado curso; 116 hombres y 86 mujeres. Un centenar ha asistido a la ceremonia del Paraninfo y, en compañía de los decanos y directores de sus centros, ha entrado en el Paraninfo, tras la interpretación de la ‘Zarabanda Académica’ por parte del Coro Universitario.
Una vez acomodada la comitiva académica, presidida por el rector, José Ángel Narváez, ha dado comienzo la ceremonia, con la lectura de la laudatio por parte de la directora de la Escuela de Doctorado de la UMA, Magdalena Martín, quien ha aludido a “la centralidad del Doctorado y de los nuevos doctores en la vida universitaria”, así como a la riqueza y al carácter poliédrico de estos estudios en la Universidad de Málaga.
El trabajo “constante y riguroso” como denominador común de los doctorandos, “el sello indeleble” que el Doctorado imprime en la trayectoria académica, “la labor de los tutores de tesis” y “el pilar que supone la familia” en estos años de estudio también han sido recordados por Martín, quien ha puesto en fila estos cuatro conceptos para concluir con el componente de “ilusión y conocimiento” que aportan los nuevos doctores.
Celebración del saber novel
La directora de la Escuela de Doctorado se ha centrado en el caso personal de tres investigadores. La veterana Ángeles, quien con 65 años ha perseguido su sueño para ponerle la guinda a su carrera docente. Bruno, “el doctorando modelo” con un potente currículum investigador internacional detrás o la “mitad española, mitad irlandesa” Caroline, una ciudadana del mundo dedicada a la empresa, y ya con un doctorado industrial.
En representación de los nuevos doctores, Miguel Ángel Ruiz Reina, de la Facultad de Económicas y Empresariales, ha prometido desempeñar su doctorado “con la máxima fidelidad y honestidad para aumentar el honor de nuestra universidad”. Y, siguiendo la tradición, lo ha hecho en latín clásico y sobre el Libro de la Ciencia.
La última intervención ha correspondido al rector, quien ha hecho hincapié en la relevancia de este acto, “en el que la imposición de birretes marca uno de los momentos más decisivos de la vida académica de la Universidad de Málaga, pues se forman los que están llamados a garantizar el avance científico, tecnológico, social, artístico y cultural; de quienes están llamados a liderar el futuro”.
Pirámide académica
Se ha referido Narváez a los estudios de Doctorado como la culminación de un camino “que os sitúa en la cúspide de la pirámide académica”, mientras que ha centrado el papel de la Universidad en ejecutor “de lo que la sociedad le encomienda: devolverle a los hombres y mujeres mejor formados, a quienes tienen como desafío cambiar el mundo para hacerlo mejor”.
Por último, el rector se ha referido a la trascendencia de la formación a la hora de liderar el desarrollo, y ha manifestado que “en esta sociedad basada en la ciencia y el conocimiento, se necesita a los doctores como actores principales”. Y es que, en su opinión, “la única certidumbre proviene de la ciencia, mientras que la única esperanza es la educación”.
La ceremonia de investidura ha finalizado con la interpretación del ‘Gaudeamus Igitur’ a cargo del Coro de la Universidad de Málaga