Los municipios de la Comarca del Almanzora no están nada conformes con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que ratificaba, una vez más, la ilegalidad del hotel El Algarrobico y piden su apertura, por la fuente de empleo que este establecimiento puede suponer para la zona. Los 16 representantes del PP y PSA en la Mancomunicada de Municipios del Valle del Almanzora votaron a favor de la reapertura, mientras que los alcaldes del PSOE prefirieron inhibirse de esta moción que solicitaba la puesta en marcha del hotel.
La Mancomunidad está integrada por 26 ayuntamientos y ha respaldado con una amplia mayoría el texto elaborado por el alcalde de Carboneras, Salvador Hernández, en el que pide alcanzar un acuerdo para la “conclusión y reactivación” del Algarrobico, y lo basa en la “legalidad incuestionable” de esta construcción levantada en terrenos del Parque Natural Cabo de Gata Níjar.
Tras esta petición hay una posibilidad para reactivar la economía de la zona con puestos de trabajo en las obras de culminación del hotel y en el propio establecimiento que, si no se tira, tendrá una veintena de plantas y 411 habitaciones.
Por su parte, la Mancomunidad de Municipios del Levante Almeriense, integrada por 14 ayuntamientos de los que tres están gobernados por el PSOE, respaldó por “unanimidad” la moción que recoge, según se subraya en el texto, el sentir de “decenas de pymes y centenares de trabajadores de la zona que confían ante la que está cayendo” en poder superar con esta reactivación “la falta de actividad y el paro”.
Sostiene, asimismo, que la Junta de Andalucía creó las “condiciones urbanísticas adecuadas con instrumentos de planeamiento urbanístico” para programar el desarrollo turístico del municipio “carente de infraestructuras hoteleras dignas” y que el polémico inmueble debía ser la primera consecuencia de ese plan.
El escrito lamenta, asimismo, que “la paralización de la obra y la consiguiente y sistemática propaganda mediática hayan cortado de raíz esas posibilidades con perjuicios irreparables” y cuestiona que el derribo del establecimiento de una veintena de plantas y 411 habitaciones suponga la recuperación del entorno natural.