Las obras de recuperación de la Acequia de Aynadamar, la infraestructura de agua para riego que transita desde el Fargue hasta el campus de Cartuja, han cumplido ya su segundo fin de semana con la aportación del trabajo de numerosos voluntarios. Algo más de 80 personas se han unido cada sábado y domingo para trabajar en la reconstrucción de taludes, eliminación de tuberías de cemento y otros menesteres en lo que el director del proyecto, el profesor e investigador de la UGR José María Martín Civantos, ha calificado como “un éxito”.
La recuperación de la acequia es una iniciativa del Laboratorio de Arqueología Biocultural MEMOLab UGR, que dirige Civantos, en colaboración con el Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Patrimonio de la Universidad de Granada, la Fundación AguaGranada, la Cátedra Hidralia y la Asociación de Comunidades Históricas y Tradicionales de Andalucía. El proyecto incluye la colaboración de voluntarios los fines de semana que transcurren desde mitad de octubre hasta final de noviembre. La inscripción se mantiene abierta y puede hacerse en el siguiente enlace: https://forms.gle/Dk1JwztrJeqZWYTq7.
José María Civantos explica que “los trabajos van muy bien pero lo cierto es que aún hay mucho trabajo por hacer”. En estos dos fines semanas han pasado por la acequia estudiantes universitarios de distintos grados, miembros de asociaciones culturales y de defensa del medio ambiente junto a familias y personas individuales, cuenta Civantos. Entre semana, en el que los trabajos los desarrollan los investigadores y miembros de MEMOLab, diversos centros educativos han pasado también por la acequia.
La acequia de Aynadamar fue construida, en teoría, durante el siglo XI para abastecer de agua a la antigua Alcazaba de Granada (Qasabat Garnata), la sede de la dinastía zirí, y al actual Albayzín. Esta canalización ha sido uno de los ejes vertebrados que han conformado la ciudad de Granada, siendo el primer abastecimiento hídrico que tuvo esta. En los años 80 del siglo XX el tramo final fue definitivamente abandonado y destruido a su llegada al núcleo urbano, con la consiguiente pérdida patrimonial, paisajística y ambiental.
El proyecto tiene como objetivos, además de los aspectos patrimoniales y ambientales, la recuperación para el riego del Campus de Cartuja, evitando así usar agua potable y la consiguiente regeneración paisajística, aprovechando las funciones ambientales que cumplen las acequias tradicionales. Desde la Universidad de Granada, se apuesta igualmente por la posibilidad de crear huertos ligados a la acequia y su infraestructura, la educación y sensibilización patrimonial y ambiental, la participación ciudadana y el apoyo a la propia comunidad de regantes de Aynadamar responsable de la gestión.