Iberoamérica duplicó su acceso a banda ancha en la última década

Un nuevo informe publicado por el Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS) de la Organización de Estados Iberoamericanos, revela que la región ha experimentado un alto crecimiento en el acceso a infraestructuras y servicios de comunicaciones, aunque aún persisten desarrollos desiguales entre países.

Así, la cantidad de hogares con acceso a banda ancha fija (DSL, cable, fibra o satélite) o móvil (de 256 kbps o más) se duplicó en apenas 10 años, pasando del 21 % al 55 % en Hispanoamérica, y del 25% al 59% en Iberoamérica entre el 2011 y el 2019.

España, Chile, Costa Rica, Argentina y Portugal tienen a más del 80 % de sus hogares con accesos a banda ancha (fija o móvil). Sin embargo, el informe advierte que aún un número importante de países tienen una cobertura inferior al 30 %, además de que el acceso a banda ancha cae en las zonas rurales en todos los casos.

Por su parte, el porcentaje de la población que habita en zonas cubiertas por antenas de 4G es muy alta, superior al 80 %, y con tendencia a estabilizarse luego de un acelerado crecimiento entre 2015 y 2017. En ese sentido, ocho países iberoamericanos tienen a más del 90 % de su población en zonas con cobertura de 4G, aunque aún existen algunos países donde menos de la mitad de la población cuenta con cobertura de esta tecnología.

En cuanto a la tecnología 5G, la cobertura de redes con esta tecnología es aún incipiente en América Latina. México es el país con mayor cantidad de antenas (alrededor de 2000), seguido de Chile con algo más de 200.

Finalmente, el informe resalta que el modo de conexión a banda ancha que más presencia tiene en la región es el móvil frente a la conexión fija. En países como Cuba, Guatemala, Honduras y Nicaragua es prácticamente el único modo de conexión.

Este informe, el número 12 de la serie de ‘Informes de coyuntura’ del observatorio, pone el foco en la necesidad de potenciar el uso y acceso de las tecnologías de la comunicación en Iberoamérica, ya que estas tecnologías permiten el flujo libre de información y conocimiento, al tiempo que facilitan el acceso a la educación, la cultura, el comercio, la salud y los servicios sociales y financieros.