García Montero: eliminar el nombre de Rafael Alberti del Teatro de Huércal Overa “no tiene ni pies ni cabeza”

Luis García Montero, a preguntas de los periodistas, ha señalado hoy en la Universidad de Almería que la decisión del Ayuntamiento de Huércal Overa de eliminar el nombre de Rafael Alberti del teatro municipal “no tiene ni pies ni cabeza” y que la única respuesta posible por parte del equipo de gobierno municipal sería “pedir perdón y echarse atrás”. “Si el Rey ha aprendido a pedir perdón, ¿por qué no van a pedir perdón de los responsables municipales de Huércal Overa?”, se ha cuestionado el poeta granadino.

“Ni siquiera puede decirse que fuera un acto de sectarismo que el teatro llevara el nombre del Alberti. El nombre fue decidido tras una votación popular por internet promovida por el PSOE, partido en el que nunca militó Alberti. Fue un acto cívico. Se buscaba un nombre que representara a un teatro y ese nombre fue el de uno de los grandes dramaturgos de la cultural española contemporánea”, ha argumentado García Montero, que ha precisado que “la única respuesta es pedir excusas”.

De momento, García Montero ha destacado hoy que ya se ha enviado una convocatoria a todos los festivales de poesía del mundo promovida por la hija de Alberti, Aitana, en la que se explica lo ocurrido en Huércal Overa. También ha anunciado que participará el próximo mes de junio en los actos que se están organizando en esa localidad para reivindicar la memoria de Rafael Alberti: por una parte, un homenaje al poeta gaditano y, por otra, la creación de una plataforma cívica de protesta.

Sin embargo, según ha señalado el escritor, el caso de Alberti no es el único registrado en España: ha pasado igual con calles dedicadas a otros poetas como Miguel Hernández o Pablo Neruda, hecho que ha calificado como “insensatez”, pues que, a su juicio, no se puede “confundir el compromiso político particular del escritor con la importancia cultural de su obra”. “Yo me consideraría un verdadero patán si pidiese que se le quitase el nombre de Manuel Machado a una calle, y Manuel Machado escribió un soneto a Franco. Pero yo admiro a Manuel Machado como poeta y me parecería un agravio a la convivencia democrática y a la cultura en general que se le quitara una calle. No comprendo lo que está pasando con grandísimos poetas de nuestro idioma”, ha dicho.

Luis García Montero ha participado hoy en la UAL en un homenaje al poeta Ángel González, a quien ha definido como “uno de los principales maestros que han representado la conciencia poética y cívica”. El acto, organizado por la Facultad de Humanidades y la asociación de alumnos Tormenta de Ideas, ha servido también para reivindicar la poesía como fórmula para cambiar la realidad. Porque según ha afirmado esta mañana García Montero, la actual crisis no es sólo económica, sino de valores y de cultura y no existen “recetas” que ayuden a salir de esta situación. “Hay que reivindicar las Humanidades, la poesía y todas aquellas disciplinas que sirven para considerar la verdadera dimensión del ser humano. Estos son, más que nunca, buenos tiempos para reivindicar la cultura y el magisterio de grandes maestros como Alberti y Ángel González”.

Ángel González, nacido en Oviedo en septiembre de 1925, fue uno de los principales representantes de la llamada Generación de los 50. Fue merecedor de premios como el Príncipe de Asturias de las Letras y el Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana. Fue miembro también de la Real Academia Española. En 1955 presentó su primer libro, Áspero mundo, al Premio Adonáis y recibió un accésit. Después le seguirían poemarios fundamentales como Sin esperanza, con convencimiento (1961); Grado elemental (1961), Tratado de urbanismo (1967), Breves acotaciones para una biografía (1971), Prosemas o menos (1983), Deixis de un fantasma (1992) y su último libro, Otoño y otras luces (2001). Ángel González falleció en Madrid en enero de 2008.

Por su parte, Luis García Montero (Granada, 1958) es uno de los más destacados poetas españoles de la actualidad y Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada. Es autor de once poemarios y varios libros de ensayo. Recibió el Premio Adonáis en 1982 por El jardín extranjero, el Premio Loewe en 1993 y el Premio Nacional de Literatura en 1994 por Habitaciones separadas. En 2003, con La intimidad de la serpiente, fue merecedor del Premio Nacional de la Crítica.

 

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