La Fundación Cajamar celebra una nueva trilogía de Temas de cine con el ciclo libertadores, que se inicia mañana martes. Este ciclo plantea una reflexión retrospectiva de la formación de la idea emancipadora de América. Aunque el impulso emancipador fue el mismo para prácticamente toda la América española, la manifestación del mismo fue distinta para cada una de las experiencias históricas.
Con esta trilogía, la Fundación aspira a abordar la figura del libertador desde distintas perspectivas. En el caso de la película que abre esta trilogía, se ofrece una mirada más personal que histórica, más subjetiva que biográfica, centrándose en la complejidad de la vida cotidiana que formó el carácter de Martí.
En la de Hidalgo, que sería la segunda de la trilogía, la mirada analéptica (flash back) desde su celda del Hospital Militar de Chihuahua centra la trama de la película.
La última película de la trilogía recoge una visión de uno los protagonistas que cruzaron los Andes en compañía del revolucionario San Martín.
En ‘José Martí: el ojo del canario’ se cuenta la historia de este libertador, un hombre de una sensibilidad muy especial que marcó la historia de cuba, pero también fue un ser humano común, corriente, como cualquiera de nosotros. La película se sumerge en la complejidad cotidiana que formó el carácter de Martí durante su infancia y adolescencia. La mirada es más personal que histórica. Abarca la época comprendida entre los 9 y 17 años de edad de Martí. Los únicos años en que conoció de cerca su patria y en los que aprendió a amarla y entenderla. No es una biografía. Es un itinerario espiritual.