Las fotografías, muchas de ellas inéditas, reflejan cómo vivieron el exilio los miles de exiliados andaluces tras la guerra civil. Hay escenas de vida cotidiana (camiones repartiendo pan, padres que solo podían abrazar a sus hijos a través de las alambradas en los campos de refugiados, niños con cara de sorpresa al contemplar unas latas de conserva, hombres y mujeres celebrando un fin de año o de excursión en el río) y también políticas (mítines, concentraciones). La mayor parte de las fotografías fueron tomadas por Enrique Tapia, uno de los exiliados almerienses, que vivió en Toulouse en el entorno de Gabriel Pradal, el político socialista almeriense.
La exposición, compuesta por más de una treintena de fotografías reproducidas en tamaño póster, forma parte de los actos programados para celebrar el Coloquio Internacional ‘El exilio republicano andaluz de 1939’, que reunirá en la UAL los próximos días 1 y 2 de diciembre a expertos internacionales procedentes de Francia, México, Argentina, así como a catedráticos y profesores de universidades andaluzas. En ese encuentro se expondrán las conclusiones del amplio proyecto de investigación y divulgación sobre los exiliados andaluces tras la guerra civil, realizado durante los dos últimos años en el marco del Proyecto Atalaya de la Junta de Andalucía.
Gracias a este proyecto de investigación se han podido conocer más datos sobre el exilio andaluz. Por ejemplo, que de los 450.000 españoles que se refugiaron en Francia al fin de la contienda, en torno al 12 por ciento eran andaluces, como lo eran los 10.000 que se exiliaron en Argelia o los 2.600 que cruzaron el Atlántico para pedir asilo político en el México de Lázaro Cárdenas.