El acto festivo, que arrancará a las 12,30 horas del sábado, se centrará en la pisa de la uva, que realizarán unos cinco viticultores. Aunque la fiesta arrancará en la tarde de antes, cuando se procesionará el Cristo de la Humildad y se llevarán a cabo una serie de actos deportivos.
El acto central será el sábado, propiamente el Día de la Vendimia. Las uvas llegarán en burro, como tradicionalmente se ha realizado, hasta la plaza de San Juan, donde se procederá al pisado y al disfrute del vino mosto sin fermentar que saldrá de este proceso.
Con esta fiesta, en la que se recuperan tradiciones ahora perdidas, también se hace una llamada de atención a la población almeriense de la importancia del vino en nuestra cultura y, como no, se trata además de una demostración de que los caldos almerienses no tienen nada que envidiar a los de otras geografías.
Varias bodegas de la provincia mostrarán sus mejores vinos, que se intercalarán con la gastronomía y la artesanía de la zona. La fiesta se prolongará hasta la noche, con una verbena popular amenizada por la orquesta Hechizo.
El domingo se retomarán los actos religiosos y se volverá a subir al Cristo de la Humildad a su ermita, después de haber realizado una procesión por las principales calles del pueblo. Así se pondrá punto y final a una fiesta que se recupera tras unos años de parón, y que pone de manifiesto la vinculación de Almería con todo lo relacionado con la uva.