El alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, ha inaugurado esta mañana junto a la Ciudad de la Justicia la escultura ‘Grito’ en homenaje a la ONG Amnistía Internacional (A.I.), que este año conmemora el 50 aniversario de su creación, efeméride que también queda reflejada en el monumento. El primer edil ha agradecido que se haya elegido Almería para celebrar el medio siglo de vida de esta organización y ha destacado que la escultura supone “un testimonio del aprecio y el agradecimiento que sentimos por la labor humanitaria que viene desarrollando Amnistía Internacional. Una labor que nos recuerda a todos que la libertad es el alma y el centro necesario de la vida de cualquier persona, con independencia de su origen, de su sexo, de su religión o de sus ideas políticas. Y cuando esta libertad se ve amenazada o existen razones que nos puedan hacer temer por su pérdida o disminución, son necesarias voces firmes, como la de Amnistía Internacional, que se levanten a defenderla”.
Al acto han acudido, entre otros, la coordinadora en funciones de AI en Almería, Aurelia Jiménez, quien ha leído un mensaje del director de la sección española de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, a través del cual ha mostrado su confianza en que el monumento hoy inaugurado “sirva para homenajear a todas y cada una de las personas que con su compromiso, su esfuerzo y su solidaridad hacen que vivamos en un lugar mejor. Porque el mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo”. También han estado presentes el concejal de Cultura, Ramón Fernández-Pacheco, así como varios miembros del Equipo de Gobierno, y el autor de la idea y diseño de la obra, el ingeniero español José Ángel Merino, que la ha donado a la organización que, a su vez, la ha cedido a la ciudad.
Merino, adscrito a la sede central de la compañía Michelín en la ciudad francesa de Clermond Ferran, conoció durante su estancia profesional años atrás en el Centro de Experiencias Michelín (C.E.M.A.) de Almería la labor del grupo local almeriense de Amnistía Internacional en favor de la concienciación y defensa de los Derechos Humanos contenidos en la Declaración Universal de los mismos proclamada por Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. Precisamente, este conocimiento está en el origen del por qué se coloca esta monumento en Almería y no en otra ciudad de España.
Con la denominación de ‘Grito’, otorgada por su autor, este grupo escultórico ha sido elaborado en dos fases; la parte metálica superior, cuya idea es la de unos brazos en alto pidiendo libertad, ha sido fabricada en acero “corten” en el taller granadino de calderería CMI por el maestro Santiago Bolívar Morales. Su peso es de 200 kilogramos.
La base es un “bolo” de mármol blanco de las canteras del Tranco, de Macael, que está tal cual fue extraído de la montaña manteniendo las huellas laterales de las barrenas utilizadas para su extracción, siendo las demás caras en “basto” cortadas con hilo de diamante. Esos surcos semejan los barrotes de una cárcel que es lo que pretendía el autor del monumento.
Dicha base ha sido tratada y preparada por el maestro artesano del mármol Francisco Sánchez Pagán en sus talleres de mármoles ‘Sánchez Cazorla’ de Huércal de Almería. La cimentación en su lugar y su colocación han sido obra de la empresa almeriense Facto S.L., en estrecha colaboración con el maestro marmolista. La base de hormigón, subterránea en vez de en superficie, fue propuesta tanto por Facto como por el artesano marmolista con la aquiescencia de la ONG pues así parece que el conjunto aflora desde el interior del suelo.