Desde que dejó a Los Piratas, la trayectoria artística y musical de Iván Ferreirono ha dejado de ir hacia arriba. Ferreiro ha conseguido, con su voz rota y su acento gallego, ganarse una legión de seguidores enamorados de su música, a medio camino entre lo independiente y lo comercial. Este sábado, Iván Ferreiro visita El Pez Azul, en San José, donde presentará ‘Picnic extraterrestre’.
Es ‘Picnic extraterrestre’ un álbum menos de grupo y más de cantante que los precedentes, en el que Iván hace crecer su voz, busca y alcanza nuevos registros, disfruta y maniobra con ella. Pero que nadie tema, este es un trabajo dominado por las canciones y su autor va a la esencia de ellas, inspirado y crecido, pariendo temas que huelen a clásicos del desamor pop. Canciones que no es difícil imaginarlas puestas en pie en escena, convertidas en himnos a corear con pasión en directo. Y todo ello sin renunciar a desarrollar esas texturas musicales que teje en compañía de Amaro Ferreiro y Pablo Novoa.
Iván Ferreiro habla aquí, con los dientes apretados, del placer y del dolor, de la vida, por tanto. Y para ello emplea un lenguaje ora elaborado y complejo, ora directo y franco, sin cortapisas. Capaz de sacarle punta por igual a una separación legal (“Canción Jurídica”) o a la hipocresía circundante (“Fahrenheit 451”, un single incendiario). Es un Ferreiro combativo, que mira hacia adelante y disecciona las relaciones con la fortaleza del que ha aprendido de la vida (“Paraísos perdidos”), se entretiene con el vodevil rock (“Cabaret”) o firma una nana atormentada (“La Jetée”).
Muy probablemente, ‘Picnic extraterrestre’ es el que Iván Ferreiro tenía que grabar en este momento dulce de su carrera, cuando se ha transformado en un icono para esos fidelísimos incondicionales que le siguen desde hace años y a los que, de manera constante, se han ido sumando nuevas y jóvenes generaciones (no es raro ver a diecisieteañeros en las primeras filas de sus shows).