A la hora de catar los vinos hay cuatro fases: sonido, vista, olor y sabor. Los alumnos de este curso de verano de la UAL perseguían hoy en su clase práctica con este galardonado sumiller almeriense encontrar una variedad tinta “de cómo hablan los vinos de Almería”. Esto tiene un significado muy profundo, ha explicado Francisco Freniche.
Hay que estar atentos desde cuando se descorcha una botella. Así, “si cae chispeante quiere decir que es muy fresco, que está vivo”; por el contrario “si cae como el aceite es mala señal”. Freniche también ha realizado un recorrido por las variedades de uva en Almería, “muchas foráneas”, pero si queremos buscar la que identifica Almería, “la que nos representa es la garnacha”.
En cuanto a los vinos, el maestro ha señalado que es lógico que la mayoría sean frescos, adecuados al clima mediterráneo pero “no debemos dejar de buscar un equilibrio que nos lleve a un vino más fino”. Los estudiantes de este curso han podido comprobar de la mano del sumiller la diversidad de vinos que se hacen en Almería, unos vinos desconocidos, “porque desgraciadamente no sabemos cuáles son las bodegas de Almería”.