La exposición itinerante ‘María Zambrano. La aurora del pensamiento’ estará en el municipio de Oria, con motivo del centenario de su nacimiento y después de recorrer todo el territorio andaluz, hasta el próximo día 27 de mayo.
A través de esta exposición, los usuarios podrán acercarse tanto a la vida como a las obras de la filósofa. Una oportunidad única para conocer su amistad con Antonio Machado, su cercanía a las ideas de Ortega y Gasset, su apoyo total a la República, su triste exilio, así como su vuelta a España, donde su valor e ideas fueron reconocidos al otorgarle el Premio Príncipe de Asturias y el Premio Cervantes.
Durante los próximos días, también se llevarán a cabo en el municipio actividades paralelas, con motivo de esta exposición como, por ejemplo, visitas guiadas de los niños del CEIP San Gregorio a la muestra, así como una charla didáctica que impartirá un especialista en esta materia, quien abordará ante los asistentes, la ponencia: ‘Charlamos de María Zambrano’.
María Zambrano buscó la libertad y el saber en sus diferentes obras y, a la vez, logró unir en su pensamiento; filosofía, razón y poesía. Zambrano dejó una obra cargada de altas dosis de inteligencia y sensibilidad, además del eclecticismo y la diversidad. Fue una pensadora, ensayista, poeta y escritora muy prolija, ya que su producción engloba ensayo, poesía, historia e incluso teatro.
María Zambrano fue uno de esos seres que sólo viven para descifrar el sentimiento. A la poesía y a la filosofía les otorgaba la virtud de objetivar la verdad buscada, de mostrarla a sus destinatarios y de iniciar a quien esté dispuesto a vivir en ellas. La obra de Zambrano se puede definir como intensa y original, puesto que en ella desarrolló algunas ideas de la filosofía de Ortega, estribando uno de sus temas fundamentales en el análisis de lo que denomina ‘razón poética’ y el ‘saber del alma’, que queda unido a su reflexión sobre la esperanza y sobre la urgencia de lo divino en la vida humana.
Su pensamiento, vinculado a las corrientes vitalistas del siglo XX, giró en torno a la búsqueda de los principios morales y propone la razón poética como solución existente a la crisis existencial. Una filosofía vital que se ha nutrido por partes iguales de platonismo y estoicismo.