Unas imponentes escaleras, plumas, vedettes y la voz en off de un presentador dando paso a la gala. Todo parece apuntar que se trata de un espectáculo de variedades, sin embargo, nada más lejos de la realidad, era el concierto de Fangoria. La banda de Alaska y Nacho Canut pusieron a bailar a las 2.000 personas que se reunieron en el Rafael Florido el pasado viernes por la noche, para ver la presentación de ‘El paso trascendental del vodevil a la astracanada’, su último disco y en el que unen los singles de Fangoria con temas míticos de sus bandas anteriores.
Y mereció la pena, unas dos horas de música prácticamente ininterrumpida con temas con cerca de treinta años de recorrido y otros pertenecientes a sus últimos discos. Así es la última gira de Fangoria, en la que este dúo señero de la música electrónica de nuestro país sabe unir el pasado con una mirada fija en un futuro, también, muy prometedor.
Los años parece que no pasan por estos músicos que fueron protagonistas en la Movida Madrileña y que, unos años después, pasaron a un segundo plano mucho más independiente y oscuro. Ahora Fangoria vive un momento muy dulce, y así se pudo comprobar en el Rafael Florido, donde personas de varias generaciones y muy diferentes tipos bailaban al unísono canciones tan célebres como ‘Mi novio es un zombie’, ‘La funcionaria asesina’ o ‘Absolutamente’.
Electrónica sin concesiones, casi como si se estuviese en una rave, y toques de vodevil protagonizados por una par de vedettes que lucieron cuerpos, plumas y chulazos sobre un escenario convertido en un cabaret.
En lo musical, un repertorio muy bien escogido con guiños a las diferentes épocas creativas por las que han pasado Alaska y Nacho Canut, ¿quién iba a pensar que podría volver a escuchar en directo el mítico ‘Quiero ser santa’ en la voz de la propia Alaska?; o ¿quién podría imaginar que ‘A quién le importa’ pudiera tener tanto enganche tras su paso por la batidora de Fangoria?
Fangoria logró sorprender, divertir y ganarse a los seguidores de varias generaciones que se agolparon en la cancha del pabellón de la capital almeriense. Una fiesta en toda regla, en la que incluso hubo tiempo de buscar ‘Hombres’.