La fachada de la Casa de las Mariposas ha vuelto a ver la luz. Doce meses después de que se colocara una lona en su perímetro, el histórico edificio ha sido devuelto al paisaje almeriense y lo ha hecho mejor que nunca, recuperando la imagen original que le dio Trinidad Cuartara cuando lo construyó hace cien años. El alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, el concejal de Urbanismo, Juan Megino, y la delegada de Cultura de la Junta de Andalucía, Yolanda Callejón, asistieron al acto acompañando al presidente de Cajamar, Antonio Pérez Lao, y al presidente de honor y presidente de la Fundación Cajamar, Juan del Águila Molina.
Dieciocho trabajadores se ocuparon de retirar la lona de 822 m2 y 450 kilos de peso que durante 355 días ha mantenido oculta la fachada, y unos minutos después se activaba la iluminación del edificio, un total de 93 puntos de luz blanca cálida dotada de tecnología led de gran ahorro energético, que engrandeció aún más la imagen navideña que ofrece en estas fechas la Puerta de Purchena.
Las tres fases del proyecto
Cajamar hizo pública la compra del emblemático inmueble el día 17 de diciembre de 2008 y justo dos años después, el 17 de diciembre de 2010, ha presentado el resultado de la rehabilitación realizada, que pone fin a una etapa de deterioro y decadencia en la que llegó a ser considerado en ruinas e incluso a temerse por su futuro. Pero curiosamente no ha sido esta la única coincidencia que pone en relación a Cajamar con la evolución histórica de este edificio, que comenzó a construirse en 1909, vio terminada su fachada en 1910 y comenzó a ser ocupado por sus primeros comerciantes y residentes en 1911. Así, coincidiendo con el centenario de estas tres efemérides, Cajamar inició su recuperación en 2009, ha mostrado el resultado de la restauración realizada en 2010 y lo ocupará en 2011 para el nuevo Centro Institucional y Cultural de Cajamar, que albergará dependencias de la entidad y de la Fundación Cajamar, una oficina de atención al público y un Centro de Cultura con capacidad para 300 personas.
La ejecución de las obras de restauración y reforma se inició en agosto de 2009 y se ha desarrollado en tres fases. La primera, la más importante y delicada, estuvo centrada en los trabajos de cimentación y estructura para la sujeción del edificio y la construcción de una nueva planta sótano, trabajos que duraron doce meses. La segunda, que ha consistido en la rehabilitación de la fachada, en la que se han empleado ocho meses. Y la tercera, a punto de concluir, que consiste en la adaptación interior, revestimiento y equipamiento de las nuevas dependencias institucionales y comerciales, así como del Centro de Cultura, aspecto éste también de gran importancia puesto que Cajamar desea que sean unas dependencias de primer orden y de referencia en cuanto a modernidad y últimas tecnologías, acorde con la historia de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
Durante el último año y medio, bajo la dirección de los arquitectos Luis Pastor y Luis Fernández, tres empresas han intervenido en la reforma, rehabilitación y restauración del inmueble. De la primera fase se ocupó Jarquil y de la segunda y tercera fase Rehabitec y Grupo Tejera, habiendo participado un total de 64 trabajadores que han empleado cerca de 70.000 horas de trabajo.
Restauración y rehabilitación de la fachada
La fachada está completamente finalizada en lo que respecta a su restauración y rehabilitación. Desde el más absoluto respeto al original, la intervención promovida por Cajamar ha logrado devolver la dignidad del edificio, recuperando su esencia material y conceptual en la Puerta de Purchena.
Una vez definidos los parámetros básicos a tener en cuenta en la intervención sobre este edificio histórico, se estableció una metodología de trabajo sujeta a los términos marcados por la legislación española aplicable así como a las recomendaciones de las cartas internacionales de restauración. Con estas premisas técnicas fundamentales se inició la intervención en el inmueble, que ofrecía una versatilidad de elementos importantes con estados de conservación variados.
Las obras comenzaron por la cubierta, que es la planta que presentaba mayores inconvenientes técnicos, debido a las grandes piedras que conforman el perímetro de la misma y a que algunas zonas estaban en un bajo estado de conservación, por la antigüedad del edificio y por los efectos del paso del tiempo. En un primer momento se asentaron y aseguraron los grandes bloques de piedra que tan característica hacen la fachada de la Casa de Las Mariposas para ir poco a poco actuando sobre el resto de los elementos que la conforman hasta recuperar su imagen original.
Este trabajo ha corrido a cargo de un equipo interdisciplinar de seis operarios especializados y tres restauradores que han hecho convivir durante el desarrollo de sus trabajos las técnicas más avanzadas con las labores y recetas más artesanales. De este modo, desde el pasado mes de mayo, han dedicado más de 4.300 horas para dar a la fachada del edificio un equilibrio armónico y estético, poniendo en valor su carácter histórico y respetando las huellas que el paso del tiempo ha dejado como testimonio del pasado y que hoy le otorga la identidad con la que es reconocido por los almerienses.