Los carnívoros producen importantes beneficios para la sociedad, pero son sus conflictos los que más páginas ocupan en la investigación, según un estudio internacional liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y en el que participa un investigador de la Universidad de Granada (UGR).
Con el objetivo general de averiguar cuáles son las principales tendencias en la investigación mundial sobre las relaciones entre humanos y carnívoros, los expertos han revisado más de 500 estudios científicos publicados entre 2000 y 2016 y han recogido sus resultados en la revista científica Biological Conservation.
Los investigadores analizaron los artículos considerando factores como la distribución temporal y geográfica de los estudios, las relaciones detectadas entre los carnívoros y los seres humanos, los distintos actores sociales implicados, las medidas de gestión de los carnívoros, los motores del cambio en las relaciones y el tipo de método de estudio aplicado.
“Los resultados han mostrado que la investigación global sobre las relaciones entre humanos y carnívoros está profundamente sesgada, tanto geográfica como taxonómicamente y hemos identificado cuatro importantes lagunas de conocimiento”, explica Jorge Lozano, primer autor y ahora investigador del departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la UCM, después de una estancia posdoctoral en la Universidad Leuphana de Lüneburg (Alemania), donde inició el estudio.
Divulgar sus beneficios para la conservación
La primera de esas lagunas es que las relaciones entre humanos y carnívoros a menudo se enmarcaron en conflictos, con pocos estudios sobre los servicios ecosistémicos (es decir, los beneficios) proporcionados y que, sin embargo, también fueron detectados. Entre esos beneficios están el control de plagas, la eliminación de desechos y cadáveres o el turismo de naturaleza.
También se detecta un déficit en la localización de los estudios, puesto que la mayoría de los estudios se realizaron en el hemisferio norte, a pesar de que en el sur los carnívoros también producen beneficios y conflictos. Por otro lado, los trabajos se centraron en los grandes depredadores (osos, lobos y grandes felinos), mientras que los carnívoros pequeños y medianos recibieron muy poca atención.
Por último, la mayor parte de las investigaciones se llevaron a cabo utilizando métodos propios de las ciencias naturales, a pesar de que los métodos de las ciencias sociales son también necesarios para comprender totalmente las relaciones entre humanos y carnívoros.
“En general, para fomentar la coexistencia entre humanos y carnívoros a nivel global se necesitan urgentemente más estudios sobre las especies pequeñas y medianas, en todas las regiones del planeta, y que describan los importantes beneficios que los carnívoros proporcionan a la sociedad humana”, resume Lozano.
Marcos Moleón Paiz, investigador del departamento de Zoología de la Universidad de Granada y coautor del estudio, señala que en relación a los conflictos, “los esfuerzos de investigación deberían centrarse en evaluar la eficacia de las medidas de gestión adoptadas, ya que a menudo no cumplen el papel deseado o ni siquiera se evalúan. Sin embargo, dichas medidas conllevan con frecuencia efectos negativos en las poblaciones de carnívoros, así como cuantiosos gastos económicos para las comunidades locales”.
Además de la UGR y la UCM, en el estudio participan las universidades de Alcalá, Almería y Miguel Hernández de Elche; el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (CSIC-UIB), así como instituciones y centros de investigación de Alemania, Polonia, Sudáfrica, Estados Unidos y Países Bajos.
“Es fundamental estudiar más y mejor los beneficios que los carnívoros aportan a la sociedad, y divulgar este conocimiento para que la gente sepa que son necesarios y apoye su conservación”, concluyen los autores.