El cielo ofrece esta semana uno de los fenómenos astronómicos más interesantes del verano y de gran atractivo para todos los públicos: la observación de las Perseidas o ‘Lágrimas de San Lorenzo’. Se trata de una lluvia de meteoros de gran actividad que entrarán en contacto con la atmósfera terrestre y que se prevé que tenga su mejor momento de observación durante la madrugada del 11 de agosto. Para explicar cómo observarlos, el Planetario del Parque de las Ciencias ofrece a los visitantes durante la semana breves sesiones explicativas en vivo dentro del programa habitual.
El fenómeno de las Perseidas cuenta con una Tasa Horaria Zenital (THZ) de 100, que indica el número máximo de meteoros que pueden llegar a verse en una hora con las condiciones adecuadas de posición y luminosidad, lo que la convierte en una de las mayores lluvias del año.
Si bien se conoce popularmente como “lluvia de estrellas”, las Perseidas son restos que se desprenden del cometa Swift-Tuttle, de 26 km de diámetro y una órbita de 135 años alrededor del Sol. Cada verano la Tierra se cruza en la órbita de este cometa y se encuentra con las partículas que se han desprendido de la cola del progenitor. Al entrar en la atmósfera terrestre brillan como si fuesen una estrella y dejan una estela durante un breve periodo de tiempo, por eso este fenómeno recibe el nombre de “estrella fugaz”.
Para elegir el mejor lugar de observación es conveniente alejarse de zonas con contaminación lumínica y no tener objetos que dificulten la observación del cielo amplio, como edificios, montañas o árboles.
Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo
La denominación de Perseidas se debe a que, según los estudios, los meteoros parecen provenir de la constelación de Perseo. Y el sobrenombre de las “Lágrimas de San Lorenzo” proviene de la Edad Media: como la lluvia se produce en el entorno del 10 de agosto, día de San Lorenzo, se asociaron las estrellas fugaces a las lágrimas que derramó el santo al ser quemado en la hoguera.
A pesar de no ser la mayor lluvia de meteoros que existe, se considera la más popular del hemisferio norte, ya que la época del año en la que tiene lugar reúne las características propicias, al ser un periodo vacacional y contar con un cielo más despejado para la contemplación del fenómeno a simple vista.
Más astronomía en el Parque de las Ciencias
Pero esta no es la única actividad que el museo ofrece a los aficionados de la astronomía, una de las áreas científicas que más interés despierta en el público y un tema que atrae a visitantes de todas las edades. Un ejemplo reciente han sido las sesiones de divulgación que se llevaron a cabo en el Planetario con motivo del eclipse parcial de luna que tuvo lugar el pasado 16 de julio, en las que se impartieron nociones acerca de este fenómeno y se ofrecieron los mejores consejos para disfrutar de su observación en condiciones óptimas.
La curiosidad por todo lo relacionado con esta disciplina ha impulsado el desarrollo de lo que se conoce como astroturismo y que convierte la visita a observatorios astronómicos, planetarios e incluso la observación de fenómenos como eclipses o la propia lluvia de estrellas en el motivo para organizar un viaje. El Parque de las Ciencias es uno de los destinos más destacados de esta tendencia turística gracias a la oferta de actividades astronómicas que incluye desde su inauguración.
Sus instalaciones permanentes como el Planetario mueven cientos de miles de personas cada año, convirtiéndose esta forma de ocio cultural en un importante motor de desarrollo económico para la ciudad y la región.
La diversidad temática de los 11 programas que se proyectan atrae a un público muy diverso y procedente de diferentes puntos de la geografía nacional e internacional. Además, y para promover las actividades en familia, también cuenta con sesiones dirigidas a los más pequeños que se desarrollan en el Planetario Burbuja.
Al Planetario se suman otras dos instalaciones permanentes con gran éxito entre los aficionados a la astronomía: el Observatorio Astronómico y el Jardín de Astronomía. El primero de ellos alberga un telescopio profesional Steavenson cedido por el Instituto de Astrofísica de Andalucía y es utilizado para el desarrollo de actividades con un alto interés social y turístico como son las Noches de Astronomía, que se celebran durante tres noches de cada mes, en función de las fases de la Luna. Las próximas tendrán lugar los días 8, 9 y 10 de agosto. El Observatorio también ha sido el escenario para disfrutar de otros fenómenos astronómicos como eclipses totales y parciales de Luna y Sol, los cambios de estación e incluso la propia lluvia de estrellas de la que disfrutamos estos días, atrayendo hasta Granada a miles de personas desde diferentes puntos geográficos.
El Jardín de Astronomía es el primero diseñado en Andalucía y muestra instrumentos como el Plincton de Ptolomeo, el Gnomon, la meridiana local o relojes de sol. Conocer la hora solar, comprender cómo se produce el cambio de estaciones o entender por qué se produce un eclipse son algunos de los aspectos que se abordan en este espacio muy recomendable para los amantes de la astronomía y de su historia.
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