La gestión de corredores y vías verdes protagoniza un curso de la UAL en Dalías

El Curso de Verano ‘Gestión sostenible de los corredores y vías verdes urbanos en la provincia de Almería’ ha abierto sus puertas en el Casino de Dalías. Tendrá su desarrollo también en el ejidense Jardín Botánico ‘La Almunya del Sur’, está dirigido por Esther Giménez Luque y Manuel Sánchez, y se extenderá hasta el próximo viernes día 12. La intención es realizar un acercamiento a la realidad en la que actualmente se encuentran las ramblas almerienses en general, con especial atención a su paso por los cascos urbanos. Las llamadas ‘infraestructuras verdes’ han contado con un relato cargado de imágenes a cargo de José Santiago Guirado, perfecto conocedor de su situación en la actualidad, inspector fluvial de la Junta de Andalucía. Así, su conferencia ha versado sobre la `Gestión integrada de infraestructuras verdes: salud y conservación de las ramblas y ríos de Almería’. Ha facilitado un dato significativo: “En los últimos 30 años se han acopiado alrededor de 70.000 toneladas de residuos en las ramblas de Almería, de los que se han recogido 30.000”. Apoyado en un buen número de argumentos, ha pedido “un poquito de conciencia ambiental”.

En ese sentido, y haciendo también mención a buenas prácticas de “pura economía circular” que se produce en torno a estos cauces, ha insistido: “Reciclemos, sabemos que hay un conflicto muy grande, terrible, que China antes se ‘comía’ todo el plástico pero ahora ha decidido apostar por el Acuerdo de París y ya no recibe ni una sola tonelada; hay que reciclar, aquí producimos el residuo, aquí lo tenemos que reciclar y aquí lo tenemos que reutilizar, esa es la ecuación, y no solo plantas de transferencia”. En ese sentido, ha descrito como “práctica magnífica” la de las bolsas de reciclado de los supermercados, que procede de los plásticos de El Ejido”, y también ha dedicado parte de su intervención a hablar de las aguas residuales y de las más de 80 plantas que hay en la provincia, que merecen una matización: “ Todas ellas están más o menos dentro de los parámetros públicos, pero el problema es que esos parámetros están pensados para diluir en el agua fluyente y en Almería precisamente no hay caudal fluyente; su vertido provoca que se suela tener una sensación de insalubridad, acarrea la proliferación de muchas plantas y fauna exótica”.

Ha recordado al respecto que todo esto “hay que ser capaces de controlarlo”, y ha repasado con un buen número de fotografías los desastres de las riadas, como la acaecida en 2012: “Lo que es autóctono está preparado para la avenida”. Igualmente, ha habido análisis de ramblas a cargo de la investigadora María Jacoba Salinas, del Centro Andaluz para la Evaluación y Seguimiento del Cambio Global de la Universidad de Almería: “Discurren longitudinalmente y no es igual lo que hay en las cabeceras a lo que hay en las desembocaduras; lo más frecuente está en la zona media y la zona baja de las ramblas, siendo las especies presentes el taray y las adelfas, que todo el mundo conoce y piensa que son ornamentales y no propias”. Ha descrito que “existe una flora muy rica y una fauna muy interesante, y en cada tramo hay peculiaridades y gran diversidad”.

Salinas ha explicado el concepto de infraestructura verde: “Es un mecanismo de gestión, pero sí tiene un poso conceptual muy importante a escala europea, nacional, andaluza e incluso local”. A su descripción de las comunidades vegetales y los hábitats que pueblan las ramblas de Almería ha añadido el estado en el que se encuentran: “En los tramos superiores, donde hay figuras de conservación y disponibilidad de agua, con una explotación de los recursos más sostenible, las condiciones son mucho mejores; en los tramos medios, con la agricultura más agresiva, y en los bajos, con una urbanización muy importante, el estado es más deficitario”.

Otro ponente en esta primera jornada ha sido Manuel Tapia, que es el responsable del Área de Conservación de Guelaya – Ecologistas en Acción Melilla. En su caso, ha dado a conocer uno de los proyectos más llamativos de renaturalización de cauce urbano, el del Río de Oro, “en el otro lado del Mediterráneo”, ya que está en Melilla: “Hemos conseguido que se realice un proyecto muy ambicioso, sabiendo que el 90% de la cuenca hidrográfica de la ciudad está en Marruecos”. Se va a actuar sobre el 10% restante “teniendo en cuenta el estado ecológico de una cuenta que está entre dos países diferentes”. Justamente por su buena situación en territorio marroquí, todo ha resultado más fácil en Melilla: “Ese lado es muy rural todavía, en un estado ecológico muy aceptable, lo que nos ahorra  problemas de inundaciones como las ocurridas en muchas partes de España por la situación de sus cauces”. En ese sentido ha sentenciado que “se ha cometido el error de encauzarlos, se ha hecho mucha obra pública que ha ido en contra de los cauces y se ha creado un problema en lugar de solucionarlo”.

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