Cultivar arroz en una de las regiones más áridas de España, y de forma sostenible: se hace en Calasparra

La Denominación de Origen Protegida de Calasparra avanzan en la estrategia para reducir el uso de fitosanitarios químicos en el cultivo del arroz

Este año se vuelve a utilizar un sistema biológico, basado en el uso de feromonas, para evitar que el barrenador del arroz ‘Chilo supreslis’ cause daños en los campos que acaban de sembrarse

Uno de los técnicos instalando los difusores en los cultivos de arroz en Calasparra. Foto: CARM.

El barrenador del arroz ‘Chilo supreslis’ es una de las principales plagas a las que se enfrentan los cultivos del coto arrocero de Calasparra. Se trata de una larva que penetra dentro de la caña de la espiga alimentándose hasta completar su ciclo biológico. La Comunidad trabaja de manera conjunta con la DOP Arroz de Calasparra para luchar contra esta plaga minimizando el uso de fitosanitarios.

“En 2019 comenzamos a usar difusores que contienen la feromona de la hembra de esta mariposa. Con ello conseguimos confundir a los machos que no localizan a las hembras y se reduce el número de cultivos afectados por esta plaga”, indicó la consejera de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Sara Rubira.

Este sistema debe estar instalado un mes después de la siembra del arroz y se realiza bajo la supervisión del personal técnico del Consejo Regulador y del servicio de Sanidad Vegetal. Se instalan seis varillas por hectárea en las que se insertan seis unidades de la feromona en cada una, que se distribuyen homogéneamente alrededor de las parcelas de cultivo aprovechando los márgenes y los caminos que los delimitan.

“El Gobierno regional proporciona el material necesario para su implantación, tanto los difusores como las varillas donde van implantadas, así como las trampas con las feromonas de seguimiento para verificar que no hay capturas y por lo tanto el sistema funciona. Mientras que el Consejo Regulador colabora con la colocación de los difusores y con la red de seguimiento, y con controles adicionales sobre el cultivo para verificar que no hay daños”, explicó la consejera.

Para que este sistema sea más efectivo, en la campaña 2024 estos difusores de feromonas se han instalado en el cien por cien de las parcelas sembradas, unas 500 hectáreas aproximadamente. Para ello, se han adquirido unos 18.000 difusores, con un coste de adquisición de unos 15.000 euros de fondos propios de la Comunidad Autónoma.

“Una vez más el Gobierno regional y el Consejo Regulador apuestan por una calidad diferenciada del mejor arroz del mundo, que se produce con un sistema de riego con aguas vivas en continua circulación, y con el mínimo empleo de productos fitosanitarios que favorece la biodiversidad de la fauna en torno al rio Segura. Algo que nos diferencias frente a las producciones de arroz de terceros países que se siguen importando a la Unión Europea”, concluyó Sara Rubira.