‘El colonialismo hispano-francés en Marruecos (1898-1927)’ es el libro del historiador e investigador Víctor Morales Lezcano (doctor por la Universidad Complutense de Madrid), que acaba de publicar la Editorial Universidad de Granada (UGR).
Se trata de un volumen que contiene seis ensayos que giran alrededor de la acción colonial hispano-francesa en Marruecos durante los años 1898 a 1927.
La cuestión de Marruecos, aunque planteada como tema de alcance europeo ya desde la Conferencia de Madrid de 1880, se tornó en un áspero tema diplomático en los primeros años del siglo XX. Las soluciones aportadas hasta 1912 no hicieron sino aplazar la inclusión del Magreb (Túnez, Argelia, Marruecos) en el ámbito de intereses metropolitanos de Francia y de España. Un fenómeno iniciado en la primera mitad del siglo XIX (la desintegración social de los tres países musulmanes, y la lenta sustitución de su soberanía por el ascendiente administrativo y militar europeo) va a conocer su culminación en Marruecos con cierto retraso, comparado con las otras dos sociedades magrebíes. Los sultanatos de Abd el-Aziz, Abd el-Hafid y Muley ben Yusef son el hilo dinástico, la secuencia anecdótica de este libro.
Varios de los artículos de este libro tratan del período de penetración europea pacífica; otros de la escalada militar y las paralelas reformas introducidas en el Magreb por los europeos, por expresa finalidad del Protectorado hispano-francés de 1912. “Tanto en unos artículos como en otros –señala Víctor Morales Lezcano– hemos tenido en cuenta el marco general de comprensión dentro del cual proceder a la recuperación del sentido más amplio de cada uno. La dictadura inevitable que ejerce siempre la ´petite histoire` sobre las ambiciones intelectuales del historiador, no debe de raquitizar el horizonte de sus investigaciones, determinadas también por todos los recursos del conocimiento”.
El estrecho de Gibraltar
Y es que la gravitación de España y Marruecos alrededor del estrecho de Gibraltar es una constante histórica, lo que ha condicionado las relaciones entre la península ibérica y el Magreb al-aqsa, desde 711 hasta, prácticamente, hoy en día.
“Fue, sin embargo –afirma el autor del libro–, durante la zona de fechas que se acota en este libro (1898-1927), cuando al secular flujo entre Punta Tarifa y Algeciras, de una parte, y Cabo Espartel y ´El Rincón de Río Martil`, de otra, fue mutándose aquella gravitación. La expansión colonial de unos cuantos países de la Europa centro-occidental estableció, entonces, su eje transversal en el norte de África, particularmente la Francia de la Tercera República, en su proyección hacia todo el Magreb. Impulsada por una inclinación de naturaleza geoestratégica y por otros factores concomitantes (militares, económicos, y “africanistas”), España giró en torno a Gibraltar durante tres decenios dramáticos. La pérdida del imperio residual en América en 1898, el establecimiento del protectorado franco-español en Marruecos, el estallido de la Primera Guerra Mundial, y la insurrección armada de la población autóctona en el Rif, Yebala y, diseminadamente, en el espinazo marroquí de los montes Atlas puso en jaque a las potencia coloniales, que, como Francia —y, en menor medida, España— no previeron la pervivencia del esprit de corps guerrillero”.
